“Mob Rules”: la antesala de los cambiantes años de Black Sabbath

“Mob Rules”: la antesala de los cambiantes años de Black Sabbath

Vertigo Records, 1981

Tras varios años a mal traer, los oriundos de Birmingham volvieron a ser redituables; cortesía del cambio de alineación que dejó fuera a Ozzy Osbourne, e incluyó a Ronnie James Dio. Junto al pequeño vocalista, saliente de Rainbow, nada más al comenzar despacharon una producción mayúscula como no la tenían en un lustro: Heaven and Hell (1980). El mérito del nuevo integrante fue superlativo, como lo ilustró el bajista Geezer Butler en un episodio de That Metal Show (2009): “Cuando recién nos juntamos, Ronnie dijo que él se encargaría de todas las letras, y todos los demás celebramos. Fue un gran alivio, escribe de otra manera sobre otros temas; fue grandioso para mí, porque me costaba saber de qué escribir hacia el final de los 70’s. Creo que cuando él escribe, las letras siempre salen mejor”.

La secuela natural no haciéndose esperar, llegada a estanterías el 4 de noviembre de 1981: Mob Rules. La fórmula ganadora parecía estar clara; volviendo a llamar para las perillas al inmortal Martin Birch, que sería su segunda y última incursión con la banda, esta vez la grabación trasladándose desde Miami hasta Los Ángeles. Un resultado final pulido, por el que es conocido el productor, pero a ratos rozando lo radial; otorgado por las cuasi joviales Turn Up the Night y Slipping Away, o con el asomo de Country Girl. Una olvidada que se rescató y floreció para la temporada 2009, durante los últimos conciertos con Dio tras el micrófono; pero que en el proceso compositivo trajo choques. No calzaba, con el perfil de Sabbath, hablar sobre estar enamorado de una chica campesina; pero el cantante terminó imponiéndose en aquella pulsada.

Voodoo enseñando la vibra monolítica marca de fábrica, antes de enfilarse hacia aguas profundas con la larga duración The Sign of the Southern Cross. Casi ocho etéreos minutos que se cocinan a fuego lento, dominancia total de la épica característica de Dio; sin sobresaltos como los que sí tiene la igual de brillante Falling Off the Edge of the World. La oscura instrumental E5150, que sirve de puente natural para la pista homónima, la que terminó recordándose mejor del álbum; una rabiosa muestra, que apenas supera los tres minutos de duración, declarando que la masa manda. Es, además, el momento en que más filosa se escucha la guitarra de Tony Iommi; opuesto al cierre de corte baladista que se escucha en Over and Over.

Una colección cuya novedad fue disponer del baterista fundador, Bill Ward, para darle espacio al hermano menor del mítico Carmine Appice. Vinny, el nuevo miembro entrado en calor desde la gira de Heaven and Hell, terminó siendo el engranaje revitalizador; junto con transformarse en el eterno socio de Ronnie; ambos tomando las maletas, al siguiente año, cuando se inició la agrupación Dio. Aquello debido a los roces surgidos con el guitarrista, vistos para las sesiones del en directo Live Evil (1982); lo último de Black Sabbath antes que entrase en su etapa baja, dinámica que abarcó lo restante de década. Pero que volvería a brillar con esta encarnación estelar, para las temporadas 1991-92 y 2007-09, siempre recordándose como su mayor mérito el solidísimo Mob Rules.

Nacion Rock

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