Trainspotting: una cinemática visión de las drogas

Trainspotting: una cinemática visión de las drogas

“Elige una vida. Elige un empleo. Elige una carrera. Elige una familia. Elige un televisor tan grande que te cagas. Elige lavadoras, coches, equipos de compact disc y abrelatas eléctricos…”. Uno de los monólogos más populares  y críticos contra el sistema y la sociedad es el que relata Mark Renton al final de uno de los films más populares de los 90’: Trainspotting.

Un guion adaptado por John Hodge, el productor Andrew Macdonald, el director Danny Boyle y un elenco comandado por Ewan McGregor hicieron de las suyas para recrear en una película la vida de las drogas en el  Edimbrugo que escribió Irvine Welsch. Pero eso no es todo, pues el toque mágico se lo dio una banda sonora amplia y de gran voltaje.

La vida de unos perdedores liderados por un adicto a la heroína como Renton (McGregor) y acompañado por su escudero Spud (Ewen Bremmer) van viendo como la vida les pasa bajo la imaginación de un acucioso Boyle en la dirección. Un micro traficante llamado Sick Boy encarnado por Johnny Lee Miller y un violento, casi psicópata, Francis Begbie, serán los actores que aporten su grano de arena a una historia llena de abusos de sustancias ilícitas.

Desde que Mark dice su formidable frase “Choose Life” que la película rinde igual que la droga que ha sido la culpable de matar a varios rockeros en la historia de la música. Alucinaciones e historias sórdidas se van cocinando como la misma heroína donde uno de sus momentos más memorables se desarrolla desde el baño más asqueroso de toda Escocia hasta el niño muerto que acosa a Renton en sus momentos de abstinencia.

Oasis declinó a ser parte de la banda sonora de esta película de 1996. Gran oportunidad perdida por los hermanos Gallagher, pero que supo aprovechar muy bien Iggy Pop con una psicodélica “Lust For Life” que abre los fuegos mientras Renton y Spud corren para no ser arrestados. Sleeper sorprende con un cover a Blondie (“Atomic”) y Lou Reed dice presente con la eximia “Perfect Day” introducida en una escena surrealista del film.

Brian Eno, Elastica, Pulp, Blur y New Order también son parte del catálogo musical, pero el final es un momento de brillo y lucidez a través de la asertiva “Born Slippy” de Underworld para cerrar nuevamente con la declaración de principios o crítica social hacia el sistema que nos han impuesto.

Para la crítica de esos años, la película estaba bien elaborada, pero no hacía un mea culpa ni tampoco condenaba el uso excesivo de las drogas. A pesar de esos detalles, Boyle y compañía se negaron a ser ellos los que ejecutaran la moral y las buenas costumbres, sino que solo se mantuvieron firmes en plasmar cómo la vida de unos chicos de Escocia se iba deteriorando con el paso del tiempo y por supuesto, las drogas.

Trainspotting ha sido elegida como una de las mejores películas británicas de los 90′ y se ha convertido en un clásico de culto que ha sido expuesto en diferentes cines independientes del mundo atrayendo siempre a muchos seguidores. Fascinante y sustancial. Una oda a las drogas o una inmortalización de una realidad que muchos no quieren ver.

Bastián Cifuentes Araya

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