Alice in Chains en Santiago Gets Louder 2018: Almas encadenadas

Alice in Chains en Santiago Gets Louder 2018: Almas encadenadas

Con nuevo disco bajo el brazo, «Rainier Fog», bastante bien recibido, por ciertoy apelando a su tremenda historiaes que Alice in Chains se embarcó en una nueva gira mundial en que no podía por ningún motivo prescindir de Chile en su escala, pues acá el fervor por una banda pilar del grunge noventero se siente y se respira profundo desde hace más de 20 años y tal como lo fue ayer en aquella entrañable versión en masa reunida, donde toda esa comunidad tuvo su liturgia de buen rock, nostalgia, reunión y grandes momentos para celebrar a eso de las 19:15 en el Movistar Arena, como parte de Santiago Gets Louder meets Solid Rock.

Bien puntual arrancaba todo y como si se tratara de perdurar aún más Halloween, el tétrico soundtrack de la última película de Stanley Kubrick «Ojos Bien Cerrados», con Musica Ricercata, II de György Ligeti hacía de antesala para una explosiva entrada de riffs abrasadores, era ‘Check My Brain’, efectivo primer corte para empezar a degustar y asegurarnos de que el regreso de Alice a Chile estaba empezando a consumarse.

Jerry Cantrell, muy serio y preocupado de su trabajo en la guitarra (que se ha tornado fundamental), sin duda fue el rey de la fiesta donde toda esa oscuridad y poderío de la banda está concentrada en sus poderosos riffs y solos, y que aunque William Duvall lo apoye con la rítmica, es aquella hermosa guitarra que lució anoche la que logra calar hondo en nuestros corazones, sin decir que su trabajo vocal se ha acentuado mucho más en los últimos años. Con ‘Again’ veíamos a un William Duvall con gafas oscuras e imposible que se nos viniera, por primera vez a la cabeza, la imagen de Layne Staley, tal cual como en el video de este tema con que alucinábamos al verlo por MTV, el YouTube de los noventa . El nuevo vocalista, pese a que ha cumplido su cometido en la banda ya por casi una década, aun provoca vestigios de sentimientos encontrados por esa inexorable y poderosa imagen de Staley que nos desgarró en la primera etapa de la banda. Por cierto, era un gran clásico del homónimo y el primer tema «era Staley» que sonaba y se resintió con entrega y pasión de parte de la audiencia.

Luego de presentar ‘Never Fade’ del nuevo disco, la dupleta «Dirt» maravillosa de ‘Them Bones’ y ‘Dam That River’ nos aguardaba. ¡Qué querido es este álbum y qué gran momento! Eran las canciones que queríamos escuchar. Un par de tracks para que Sean Kinney demostrara porqué es otro gran baluarte de la banda y un as en el golpe certero en las cajas y el dominio de los platillos, un tipo que no muestra puntos bajos pese al protagonismo de las guitarras.

Tiempo para baladas de intensidad: ‘Heaven beside You’, ‘Down in a Hole’, ‘No Excuses’ y hasta acá muchos ya se dieron por pagados. Se dijo que este concierto apelaría al clásico, pues AIC sabe cuánto aporte hizo durante esa gran etapa, pese a haber lanzado tres discos respetables desde su regreso en 2009. El viaje a «Facelift» era justo y necesario: ‘We Die Young’ sonó fuerte y contundente, lo suficiente para que esa cancha volviera a replicar movimientos en masa, para contrastar todo con la deliciosa ‘Your Decision’ del «Black Gives Way to Blue», primer disco sin Staley.

Mike Inez, por su lado, hizo su show y trabajo siempre efectivo al frente de las cuatro cuerdas. El músico en su estadía en el país se dio el tiempo incluso para compartir con fans haciendo improvisaciones en la calle y entregar saludos. Un gigante en la historia de AIC y en el bajo en el rock a decir verdad.

Alice nos tenía grandes cosas para el final: ‘Angry Chair’ sonaba emocionante, siempre lo es, fue y seguirá siendo así, pero ‘Man in the Box’ fue realmente  devastadora. Cuántas gargantas ansiosas por cantar este tema, qué clásico, qué poder hay en él. ‘The One You Know’ cerraba su repaso por el último disco, ‘Got Me Wrong’ fue un regalo muy bien recibido y el cierre esperado con ‘Would?» y ‘Rooster’, en esta última, con Cantrell imponente al frente, como diciendo «este es mi tema, el que más me representa», y nos dejaba conmocionados a muchos.

Un repertorio de lujo. Los comentarios que se escuchaban tras finalizado por todos lados se alineaban en común acuerdo: «la cagó!», «puta la huevá buena!», «que sonó la raja Man in the Box». Si bien el sonido no estuvo a la perfecciónclásico del Movistarfueron las guitarras, fueron las canciones y fueron los corazones que estuvimos ahí que hicieron que todo se sintiera mejor y más fuerte. Y sínuevamente—gracias por tanto, Alice in Chains.

Por Patricio Avendaño R.

Fotos: Jerrol Salas

Patricio Avendaño

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