Cancionero Rock: “Dream On” – Aerosmith (1973)

Cancionero Rock: “Dream On” – Aerosmith (1973)

Se trataba de un grupo de chiquillos entre los 20 y 24 años, y ya estaban condenados al éxito; con un clásico imperecedero que figuró como la tercera pista de su ópera prima, el disco homónimo lanzado el 5 de enero de 1973. Aerosmith, que al menos en el micrófono todavía buscaba su sonido, con Steven Tyler sin llegar al rango vocal marca de fábrica en el grueso de aquel trabajo —pero que sí asomó hacia el final de Dream On. Una contraparte estadounidense, de colosales dimensiones épicas, de la inglesa Stairway to Heaven a cargo de Led Zeppelin —después de todo, Joe Perry fue la sucesión natural de la guitarra de Jimmy Page.

La responsabilidad compositiva recae en el vocalista, que además está a cargo del característico teclado; en estricto rigor un mellotron —que corrió a cargo de la influencia paterna, un músico de conservatorio de Nueva York. Ha contado que los primeros bocetos de Dream On datan de una individualidad suya desde fines de los 60’s —cuando tenía 17 o 18 años; trabajada de manera parcelada, hecha poco a poco, y que el empujón final lo recibió del resto de la banda. Con una letra caladora, un himno a estas alturas, su creador se refiere a ella: “Es sobre el hambre de ser alguien, sueña hasta que tus sueños se hagan realidad”.

Pero no se trató de un hit instantáneo, dentro de un álbum que tampoco cuajó de inmediato. Ya que en un comienzo no fue bien recibido por la crítica, remarcando la mucha emulación hacia los Rolling Stones —acompañado del factor que el sello discográfico, Columbia, le dio poca cobertura; para abocarse al debut de Bruce Springsteen, publicado por esas mismas fechas. A fin de cuentas Dream On, recortada en un minuto, terminó sacando a flote la tarea en modalidad sencillo promocional —la canción alcanzando la sobria posición #59 del U.S. Billboard Hot 100; y que tras el boom de Aerosmith, para 1976, la versión completa saltó hasta el #6 del mismo ranking.

Una indispensable en directo, que apenas suenan sus primeras notas disminuyen las revoluciones y se prenden los encendedores, aunque en un inicio no fue de las favoritas del líder en las seis cuerdas; quien se inclinaba hacia la otra vereda, por un rock enérgico y cargado a lo espectacular —pero que con el pasar del tiempo se rindió ante ella. Toma ribetes grandilocuentes; al estallar uno de los solos de guitarra más inspirados del catálogo, para luego escuchar a Tyler con esos agudos que siempre tuvo en mente —de los cuales estaba inseguro de ocupar; bajando los tonos, según ha dicho, incluso hasta sonar como James Brown.

Ya entrando en el medio siglo, es un verdadero tesoro de los oriundos de Boston; tomando en cuenta que es usual en ellos darle un porcentaje importante a las power ballads, habiendo firmado muchas de ellas memorables. No obstante Dream On es su mejor legado; por calidad, contexto y lo que llega a representar: el apetito de una banda que quería comerse el mundo. Y que de paso nos hizo “cantar por los años, por las risas y por las lágrimas”.

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