Disco Inmortal: Led Zeppelin – Physical Graffiti (1975)

Disco Inmortal: Led Zeppelin – Physical Graffiti (1975)

Swan Song Records, 1975

El rock nos ha dado grandes obras maestras a lo largo de su historia, pero estas grandes obras más crecen cuando han sido realizadas por partida doble, y el caso de «Physical Graffiti» es uno de aquellos, alcanzando un nivel realmente impresionante en experimentación, sonido, diversidad y muy bien dotado de composiciones de alto calibre. Y es para admirarlo y a la vez casi puede sonar irrisorio, pero es el disco de Led Zeppelin que incluye canciones de varios períodos, incluso de aquellas canciones que  fueron parte de algunas sesiones de sus emblemáticos álbumes anteriores, del cual consideraron material sobrante.

La historia ha sido clara y encumbra a Led Zeppelin justamente como una gran banda influyente en el rock y este «Physical Graffiti» iba a ayudar bastante en eso, pese a que algunos problemas empezaron a surgir como el decaímiento de John Paul Jones, un tipo indispensable en la concreción del álbum, que no fue de la partida en varias sesiones, pero que su aporte y sapiencia musical fue grandiosa, definitivamente imprescindible para nutrir de diversidad el álbum.

Disco 1:

Del disco uno se desprenderían varios clásicos, desde el primer momento queda claro. La armónica de Robert Plant en ‘Custard Pie’ te cala los huesos con el más puro vibrato blues; ‘The Rover’ encanta por el riff de Page, la canción del vagabundo que muy bien le venía a Zeppelin. Ya para el tercer track tenemos una maravilla que puede definir muy bien el estilo hard rock/blues que es lo que caracterizó a Led Zeppelin, hablamos de ‘In My Time of Dyng’, donde la sección de slide guitar de Jimmy Page es quizá la mejor inclusión del estilo en un tema de rock, realmente se luce y posteriormente en vivo lo hizo aún más.

‘Houses of the Holy’, la canción curiosamente finalmente fue incluida en este álbum siendo que su disco anterior de 1973 llevaba el nombre de la canción, el groove de la canción es delicioso, tiene bastante funk que es un estilo que predomina en varias de esta gran placa doble, y la pegada con ‘Trampled Under Foot’ funciona impecable, en ésta la presencia de John Paul Jones que primordialmente tocó el teclado es increíble. Esta canción es derechamente funk y una clase de funk rock a decir verdad, su ritmo es clara influencia para el desarrollo de este gran estilo en el rock más adelante.

‘Kashmir’ cierra en lo que los mismos Zeppelin denominan como su «composición definitiva», con altos dotes de ritmos orientales, y era que no, mas que mal algo de historia tiene la canción, ya que está inspirada en una ciudad que se encuentra en Asia y fue escrita por Plant mientras recorría el desierto del Sahara en Marruecos. Las secciones de la canción de alguna manera son más sofisticadas que la media de Zeppelin y he ahí su diferencia quizá del resto, una canción transportadora además, quizá por la inspiración geográfica con la que fue compuesta.

Disco 2

En el disco 2 no hay tantos clásicos recordados eternamente pero la riqueza musical no es menor, para muchos-incluyéndome-es el favorito entre ambos, la sicodelia hace su entrada triunfal con ‘In the Light’, un elemento que en manos de Zeppelin siempre ha sido brillante. Le sigue muy bien puesta en el orden la instrumental ‘Bron Yr-Aur’, dedicada a la cabaña en Gales que sirvió de estancia para la grabación del disco Led Zeppelin III; más tarde tendría su propia versión eléctrica llamada ‘Jennings Farm Blues’, del tema, la limpieza en las guitarras acústicas coqueteando con un bajo eléctrico destacan por sobre todo.

La bella ‘Down by the Seaside’ se acerca al rock’n roll y al sonido clásico de The Beatles incluso, recordando al sonido del órgano de Billy Preston y con melódicos coros potenciados por bellas voces y un sutil pero efectivo slide de Page. En ‘Ten Years Gone’ la emotividad fluye a raudales con un Page muy inspirado, en una canción que, tiene razón de ser por el sentimiento, se dice que habla cuando «hace diez años» Page tuvo una novia que lo hizo elegir entre ella y la música, donde la respuesta ha quedado bastante clara hasta el día de hoy.

Mucho más arriba llega ‘Night Flight’ con partes de guitarra muy experimentadas producto de las mezclas de Page en el estudio. La voz de Plant casi sublime y John Bonham haciendo lo suyo con más fuerza de lo normal incluso en la batería. El cierre de esta canción y la tremenda entrada de ‘The Wanton Song’ es algo de lo más adrenalínico que podemos percibir del álbum, una canción heavy derechamente, donde las mágicas baquetas de Bonham se violentan radicalmente con las cajas y se entrecruzan con un atrevido riff por parte de Page para luego dejar entrar a John Paul Jones con un órgano electrizante.

Para el final queda casi un tributo a las raíces por parte de Led Zeppelin, las cuales siempre han sido devastadoras en su interpretación: primero ‘Boogie With Stu’, con un golpe y un ritmo en la entrada que suena casi pop y con un piano boogie tremendo que finalmente se roba la película de la canción; luego ‘Black Country Woman’ deja fluir toda la versatilidad en la voz de Robert Plant, acompañado de unas guitarras acústicas muy en clave blues y una mandolina. El final llega con ‘Sick Again’, otra tremenda canción muy heavy y que sirve de guinda para una torta de doble sabor y con mucho para degustar.

Fue definitivamente el último gran álbum de Led Zeppelin, luego vendría «Presence» o «In Through the Out Door» en que la genialidad al momento de componer quedaba la sensación que se iría diluyendo. Luego en 1980 llega el fatal deceso de John Bonham y pasa lo que todos sabemos, el final tal como lo conocemos de una de las más grandes bandas de rock del planeta.

También fue el disco que debutó a Zeppelin con su propia etiqueta ‘Swan Song’ que también sirvió para levantar la carrera de Bad Company y algunas otras bandas, ilustrado con la clásica portada y una de las más notables que muestran esta construcción clásica neoyorkina, que está ubicada por ahí cerca del mítico CBGB además. Un arte hermoso que casi se iguala con la grandeza de su contenido musical, que como planteamos al principio, es quizá la más grande obra doble en el rock de todos los tiempos o por lo menos tiene un lugar más que resguardado dentro del podio de honor.

Por Patricio Avendaño R.

Patricio Avendaño

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