Disco Inmortal: Misfits – Static Age (1996)

Disco Inmortal: Misfits – Static Age (1996)

Caroline Records, 1996

Verano de 1977, y unos desaliñados y desadaptados chicos llamados Glenn Danzig y Jerry Only veían emocionados a los Ramones en el CBGB y pensaban: «Oye, si queremos estar a la vanguardia de todo esto, realmente necesitamos un guitarrista y armar nuestra banda». Ese era el germen de una de las bandas más influyentes del punk de todos los tiempos, que por alguna ironía del destino no fue cotizada en su momento por las discográficas, tuvo enormes problemas para grabar y distribuir su gran material hecho por esos años, finalmente editando dos décadas más tarde un álbum con todas las grabaciones originales de 1978 y que se ha convertido en una obra angular del punk e influencia para el rock en general desde varios puntos de vista.

Finalmente el guitarrista llegó, y junto con Only y Danzig se unió Frenche Coma y el baterista Mr. Jim, algunos de los olvidados miembros de Misfits pero que tienen su nombre en la historia y más aun por ser fundadores, y por ese período-y con los escasos ingresos que ganaba Jerry Only en la fábrica donde trabajaba más un acuerdo con Mercury Records- decidieron entrar al estudio a grabar esta verdadera cascada de himnos que trajo su enorme debut musical.

«Nos dieron alrededor de 20 horas de tiempo de grabación, así que tuvimos que haber escrito todas las canciones de «Static Age» en enero de 1978. Fue alrededor de nueve meses que llevaba en mi carrera musical y ya estábamos grabando nuestro primer álbum! La mayoría de las cosas se hicieron en la primera toma o dos, pero necesitábamos más tiempo, así que tuve más dinero para mantener el proyecto en marcha.» cuenta Only en los recuerdos de aquellos años, algo que siempre lo ha emocionado.

Y si hay algo en que Only tiene mucha razón en es que él siempre ha sido partidario de que la parte de Danzig en los Misfits era fundamental. Nadie puede negarlo. Sin Danzig, los Misfits nunca habrían sido lo que fueron. Era absolutamente genial como trabaja las líneas melódicas, con ese aura entre Jim Morrison y Elvis (que desarrolló mucho más abiertamente en su proyecto Danzig en los noventa), pero puestas en canciones de uno o dos acordes de punk rock como eran este inmenso puñado de temas, de verdad que dieron ese touch distinto, certero y de una identidad única. Mientras por esos años los Ramones, Television o los Talking Heads acaparaban toda la atención, lo que hizo Misfits fue algo muy punk en el sentido estricto de la palabra.

Danzig llegaba con todas las ideas y letras compuestas para que Only le diera su toque, en muchos temas él (Only) diseñó las estructuras, pero era Danzig quien cambiaba los tonos finalmente dándole un giro drástico en cosas como ‘Theme for a Jackal’, en que pedía mover el acorde en C y le dio ese tono sombrío pero fiestero al mismo tiempo que le conocemos, y así pasó con clásicos emanados de tales sesiones como ‘Teenagers from Mars’, ‘She’ o ‘Last Caress’.

Hay verdad en que los grandes discos fueron hechos a la rápida (el debut de Sabbath por ejemplo fue hecho en horas), y en este disco la premura es lo que marca todo y eso es lo que lo hace tan genial. Las historias de horror y ciencia ficción surgían además, en un período en que eran perseguidos por la policía incluso por andar profanando tumbas. Mientras la inmensamente potente ‘Bullet’ referenciaba al asesinato del presidente John Kennedy, ‘Return of the Fly’ ligaba con la película de horror de 1959 del mismo nombre. El caso de ‘Hybrid Moments’ es casi magistral, una verdadera gloria del punk con un coro muy emocionante que te puede llevar hasta las lágrimas. Lo grande de esta placa es que con muy poco logró prácticamente todo.

‘We are 138’ tiene un peso descomunal, otra joya que quedó siempre en la retina. La influencia de Misfits es decidora, si bien era una banda punk, su música y estilo ha gustado al metal convirtiéndose en una de esas bandas transversales de estilo. No por nada Metallica, Guns N’ Roses o Refused han versionado estas grandes canciones. El caso de ‘Last Caress’ es sublime, tiene esa cosa vintage cincuentera y nuevamente Danzig con esa capacidad brutal de crear coros que no se olvidarán jamás. ‘Atittude’ en su nombre lo dice todo o la propia ‘Hollywood Babylon’ inspirada en el libro del mismo nombre que contaba numerosos escándalos hollywoodenses, nuevamente con el toque retro, que caracterizó el sonido de las canciones. Era una vorágine de sucesos contados además este disco, con una a veces repetitiva pero entretenida lírica.

Una obra maestra, desde esos viscerales gritos «Static!» en ‘Static Age’ del principio hasta esa dulzura en clave The Doors llamada ‘In The Doorway’ al cierre. Fue un disco que definió una manera para abordar el punk y el rock de acá en adelante, y pese a que estas canciones se conocieron como singles antes, puestas todas en un solo disco como se hizo el ’96 nos dejaba claro de lo potente y maravilloso que fue.

Patricio Avendaño

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