“Ready an’ Willing”: Whitesnake situándose en el mapa

“Ready an’ Willing”: Whitesnake situándose en el mapa

Atlantic Records / Polydor Records, 1980

A fines de los 70’s, tras la desmantelación de Deep Purple y un par de discos solistas, David Coverdale inició su propia banda: Whitesnake, con un par de buenas facturas pero que poco bullaron —Trouble (1978) y Lovehunter (1979). La dinámica de por entonces era muy diferente a cómo se le conocen en la actualidad: una veta blues rock, muchos decibeles más bajos, y una imagen alejada del perfil exuberante glam que otorgaría pronto California —un claro ejemplo de pulcritud era la dupla en guitarras de Micky Moody y Bernie Marsden.

Iniciaron una nueva década con una adición que les inyectó energía: Ian Paice en las baquetas, conformando un tridente de ex-púrpuras —como se vio entre 1974-76; puesto que desde el inicio de la Serpiente Blanca estaba Jon Lord en teclados. Razón por la cual la prensa de la época los tildó de Purplesnake; que motivó a los demás integrantes, disgustados, para salir a los conciertos con camisetas que decían “No, yo no toqué en los jodidos Deep Purple”. Aun así era un vínculo que no podía pasarse por alto, sumado a que el productor de toda la primera etapa no fue otro que el inmortal Martin Birch —que tampoco descuidó, por otro lado, a Ritchie Blackmore quien estaba incursionando con Rainbow. Grabado en Londres, y puesto en estanterías el 31 de mayo de 1980, Ready an’ Willing figuró como la tercera entrega de Whitesnake —con una recatada ilustración que muestra al sexteto, contrastados en blanco y negro, muy opuesta a la impúdica pero brillante que le antecedió.

La apertura se transformó en el primer éxito de la carrera: Fool for Your Loving. Single promocional punta de lanza, que en un comienzo fue escrito como encargo para B.B. King, pero que nunca llegó a destino; Coverdale dejándosela para él. Tomó por inspiración la ruptura que tuvo, “el nacido bajo un mal signo”, con su primera esposa —enrabiado llegando a eso de “no seré más un loco por tu amor”. El videoclip tuvo mérito para que llegase al estatus de clásico; en específico por el reflector en tono blanco y turquesa, que en todo momento apunta al vocalista —con panorámicas y primeros planos que terminaron siendo icónicos.

Sweet Talker, casi un boogie-woogie, sube las revoluciones; para llegar al tema homónimo, Ready an’ Willing. De base rítmica golpeada, cortesía de Paice y Neil Murray, con el lascivo “dulce satisfacción para calmar mi alma”. La calidez de Carry Your Load, compartiendo la pista del coro a varias voces, anticipa un punto alto: Blindman. Originalmente grabada por Coverdale en solitario —White Snake (1977); esta nueva versión la pulió al extremo, en especial la frescura instrumental que se le imprimió. De sentidísimo tono, introspectivo, relacionada en sonido a lo hecho con anterioridad en Deep Purple con Soldier of FortuneStormbringer (1974); pero aquí replanteando otro ámbito, orientado a la camaradería.

El inicio acústico de Ain’t Gonna Cry No More y la pausada Love Man marcan los medios tiempos; ya para Black and Blue, ambientada con ruidos de cantina y teclas de pianola, sea un destape inclusive bailable. She’s a Woman, que le corresponde el cierre, acelerada y con Lord dándole un aura cuasi futuristas. Junto con posicionarse bien en de los rankings de Reino Unido, Ready an’ Willing fue el primero que salió a las listas extranjeras —en su caso puntual, estadounidenses y noruegas; dándole impulso a un todavía joven Coverdale, que para la fecha apenas tenía 28 años, buscando hacerse un espacio con un proyecto que no paraba de facturar —sin ir más lejos, esa misma temporada también contó con el impecable en directo Live… In the Heart of the City (1980). Los éxitos se irían multiplicando y el nombre se fortalecería, casi tomando este como punto de partida; por el que ya han pasado cuatro décadas, listos y dispuestos como lo indicaba el título.

Nacion Rock

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