Red Hot Chili Peppers y sus sinfonías de cuna: las mejores canciones 1984-1989

Red Hot Chili Peppers y sus sinfonías de cuna: las mejores canciones 1984-1989

Mirando la carrera de Red Hot Chili Peppers en retrospectiva es imposible dudar de que existe una cantidad innumerable de éxitos y canciones que han quedado plasmadas en nuestras memorias. Y es que han sido parte de la banda sonora de toda una generación, potenciada principalmente en su explosión al suceso en 1991 con su gran obra maestra «Blood Sugar Sex Magik», de la cual se le sucedieron otros grandes discos como «One Hot Minute» (1994) y también un disco que marcó una especie de nueva transición y que por lo demás contó con el regreso de John Frusciante a sus filas, el cual se tituló «Californication», editado en 1999.

De ahí en adelante la historia es bastante conocida, con unos Red Hot Chili Peppers adoptando un sonido más «maduro», donde las revoluciones en muchas canciones cesaron y donde las baladas o canciones con melodías más pulcras han sido parte primaria en gran parte.

Pero nosotros queremos refrescarte la memoria recordando grandes canciones de su primera etapa, donde áun no llegaban los conciertos a estadios llenos ni los contratos millonarios, y cuando militaba un hombre de cuna que ayudó a forjar la identidad de los Red Hot Chili Peppers, el gran Hillel Slovak, quien estuvo presente en los primeros pasos de la banda, donde la locura y el desenfreno fueron llevados a tal nivel que terminaron incluso con la vida del guitarrista a sus cortos 26 años. En parte este especial va dedicado a él y su gran aporte en el surgimiento de la banda.

Luego de cambiarse el nombre del estrafalario Tony Flow and the Miraculously Majestic Masters of Mayhem a Red Hot Chili Peppers, la banda edita su primer disco, un disco homónimo y que fue paupérrimo en ventas. En esta etapa y pese a que Hillel Slovak y el baterista Jack Irons ya eran parte de la banda, decidieron dar un paso al costado para dedicarse a su banda propia llamada What Is This, por lo cual Kiedis y Flea completarían alineación con el baterista Cliff Martínez y en la guitarra Jack Sherman, un músico de sesión. Para este disco es parte vital la producción de Andy Gill, miembro fundador de The Gang of Four y quien instó a la banda para jugársela más en imprimir en su sonido el funk/punk que los caracterizó en esta etapa.

De este primal disco y pese al fracaso hoy en día recordamos notables canciones, como por ejemplo’True Men Don’t Kill Coyotes’ o ‘Get Up And Jump’. Ésta última acá en una presentación de 1985 en Rock Palace en Alemania, con Slovak en la guitarra y Martínez en la batería:

‘Get Up and Jump’

‘True Men Don’t Kill Coyotes’

Para el segundo disco de 1985 el panorama cambiaría para los Chili Peppers, con la reincorporación de Slovak en la plaza de guitarra y con la petición de la banda hacia George Clinton (nada más ni nada menos que el padre del funk) para que lo produjera. La banda encontraría un fiato más certero y lanzaría «Freaky Styley», a estas alturas todo un clásico del funk rock fusionado.

De acá destaca el sonido muy funk de raíz como ‘Hollywood (Africa)’ o ‘The Brothers Cup’, e incluso venía un cover de unos pioneros irrefutables de tal sonido como Sly & the Family Stone y la canción ‘If you Want me to Stay’

»Hollywood (Africa)’

‘If You Want Me to Stay’

En 1987 llegaría un momento de dulce y agraz para la banda, tras la salida de Cliff Martínez, el baterista Jack Irons regresa para la grabación su su tercer LP «The Uplift Mofo Party Plan», un disco que traería por primera vez un poco más de éxito comercial y reconocimiento de parte de la industria, aunque en este periodo la fuerte adicción a la heroína de Anthony Kiedis incluso llevó a provocar su expulsión de la banda, eso sí, por un período bastante corto (sólo un mes). Luego de esto la desgracia enlodaría los buenos logros con la dolida muerte de Hillel Slovak, por sobredosis, en 1988.

El disco en sí trajo consigo mucha más fuerza y se nutrió de temas más agresivos y punk rock , acá hay muchas canciones para deleitarse entre las cuales destacamos ‘Fight Like a Brave’, ‘Me and My Friends’ (estas dos sobretodo clásicos de la banda y que son parte hasta el día de hoy de los setlists en sus conciertos), ‘Behind the Sun’ y también un irreconocible cover de  «Subterranean Homesick Blues» (Bob Dylan).

Acá un video de culto, en el Paradise Bowling Alley en California interpretando ‘Me & My Friends’ con sus looks punks de esa época y con el hiperquinético D.H. Peligro (Dead Kennedys) en la batería:

‘Me & My Friends’

‘Behind the Sun’

El año 1989 y ya con el tema de Slovak en parte superado la banda recluta al baterista de Dead Kennedy’s D.H. Peligro y al guitarrista DeWayne «Blackbyrd» McKnight (músico del funk de la escuela de Parliament), pero ambas incorporaciones no fueron condescendientes con el sonido que la banda quiso, por lo cual llega recomendado por el propio baterista D.H.Peligro el guitarrista John Frusciante y el -ya en esos entonces aplicado- baterista Chad Smith, conformando así una de las alineaciones más clásicas y exitosas de la banda.

El disco que grabaron fue «Mother’s Milk», donde alcanzan un gran éxito y popularidad sobretodo con los sencillos ‘Knock Me Down’ y el espectacular cover de Stevie Wonder ‘Higher Ground’, aparte de las incorporaciones de instrumentos de viento con bastante grandilocuencia como en ‘Subway to Venus’ o un tributo al basquetbolista Magic Johnson incluso con una canción del mismo nombre.

‘Higher Ground’

‘Knock Me Down’

De aquí en adelante llegarían los noventa y  todo sería consagración para los Peppers, aunque la sobre exposición que tuvieron en el período 91-92 le pasaría algunas cuentas y los fantasmas de las adicciones en sus guitarristas los seguirían marcando, pero eso ya da para otro especial.

Los Red Hot Chili Peppers de los ochenta sí que dejaron huellas, su fusión de estilos funk, punk y rock no cabe ninguna duda que marcaron toda una innovación en el estilo del rock alternativo que se estaba llevando hasta ese entonces y que fue parte fundamental en su desarrollo hasta nuestros días.

Patricio Avendaño

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