The Winery Dogs en Chile: Trío de ases

The Winery Dogs en Chile: Trío de ases

Como una noche de homenaje  al mejor hard rock de todas las épocas se podría tomar lo acontecido la noche del 27 de mayo en el remozado Teatro Cariola de San Diego. La cita abierta por Jeff Scott Soto deleitó a los presentes con un hard rock potente y bailable, el groove tomó presencia y algunos covers de canciones emblema del rock alentaron al público a esperar con goce el plato de fondo; entre ellos sonó ‘Billie Jean’ (Michael Jackson) ‘Don’t Stop Believin’ (Journey) ‘Stand Up and Shout’ (Steel Dragon) más material de Kiss y Queen. En casi una hora de show la banda comandada por el hombre de descendencia Puertoriqueña y de paso en variadas bandas; Yngwie Malmsteen, Axel Rudi Pell entre otras, logró cautivar al público que llenó las dependencias del teatro con su talento y carisma. Un acierto.

Sin embargo, lo que convocó al ferviente público hard rockero de la capital fue la presencia The Winery Dogs, el trío de estrellas –difícil catalogarlo de otra forma si los nombres de Portnoy, Sheehan  y Kotzen estan ahí- llegaba a Santiago en el marco de promoción de Hot Streak (2015) su segundo disco el que, a esta alturas consolida a la banda como algo más que un proyecto de sus multi facéticos integrantes.

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Y no era todo, la guinda de la torta rockera se adornaba con la buena noticia de que Santiago –nuevamente- era la plaza en donde una banda de renombre grabaría su próximo DVD/Blu-ray  y quizá eso alentó a la banda y público a dejarlo todo en la noche pasada. “Oblivion” y “Captain Love” abrieron los fuegos; sonido potente y la performance de Portnoy y Sheehan conmovían a los presentes, en cambio Kotzen de bajo perfil, desenfundaba sus emociones en la guitarra y su raspada interpretación vocal. Cuando hablamos de un homenaje al mejor hard rock, durante Captain Love fue inevitable recordar a AC/DC y Deep Purple en Perfect Strangers pues, el riff y el ritmo batería / bajo son muy similares a lo hecho por los viejos maestros, aun así lo de The Winery Dogs crea conciencia e historia, inspiración para las próximas generaciones rockeras.

 “We Are One”, “How Long” y “Time Machine” continuaron con la fiesta. Acá Mike Portnoy tomó su micrófono y las ofició de frontman para agradecer la entrega de los presentes y dejar claro que ellos  estaban representando a todos los fanáticos de The Winery Dogs en el mundo. “Think It Over” –sabrosa pieza de soul/funk- calmaba los ánimos y la pausa permitía contemplar en otro modo la virtud de los americanos.

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“The Other Side” de su disco debut brilló por su contundencia y se demostraba que el trío ya cuenta con el canto de sus fanáticos como soporte, luego el solo del gran Billy Sheehan obligó a los presentes a aplaudir a rabiar a uno de los últimos dinosaurios que toca el bajo con maestría. «Ghost Town, I’m No Angel» y la potente “Elevate” ¿anunciaban que la noche llegaba a su punto final? No. Aun debíamos ser testigos del sentido  encore; «Regret» donde Kotzen toma protagonismo  y «Desire», una explosión de hard rock a la Rush sellaron una noche que podremos revivir mil veces a través del próximo disco audiovisual de The Winery Dogs.

Por Nelson Silva A. 

Fotos: Ignacio Gálvez 

Nacion Rock

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