«Vasoline»-Stone Temple Pilots: o la historia de una mosca en caída libre hacia las drogas

«Vasoline»-Stone Temple Pilots: o la historia de una mosca en caída libre hacia las drogas

Las historias personales de Scott Weiland están en todos lados en las canciones de Stone Temple Pilots. Basta hurgar un poco para encontrar, una y otra vez, de forma abstracta, metafórica y otras muy directa referencias a los pasajes del lado salvaje de su vida. Por suerte, ha sido el propio Scott Weiland quien ha sido el principal aportante a descifrar los misterios tras sus canciones y una de ellas fue este temazo y una de las cartas de presentación de «Purple», que en menos de un mes cumplirá 30 años de vida. 

Como buen fan del rock clásico, reveló que la línea clave de «Vasoline» proviene de una letra mal escuchada: sus padres pusieron la canción de los Eagles «Life in the Fast Lane», y Weiland pensó que estaban cantando «Flies in the Vasoline».(Moscas en la Vaselina), , que es un experimento que comúnmente se hace para dejar a las moscas lejos de las plantas y de productos que se puedan descomponer. 

De hecho, si nos fijamos, el título se escribe de manera diferente, cambiando la «E» por la «O» aludiendo a su enredo con ese título. Y sí, es otra canción que trata sobre el duro tira y afloja de la adicción a las drogas del cantante. En ese momento, estaba haciendo todo lo posible para que «no se notara», y ocultárselo a sus compañeros de banda y a su novia (Janina Castaneda, quien inspiró a Interstate Love Song del mismo disco), pero sabía que se estaba convirtiendo en un drogadicto, una condición que se acentuaría, sobre todo, en esta etapa. 

En su autobiografía, Weiland dijo que la canción trata sobre «estar atrapado en la misma situación una y otra vez», y agregó sin ningún pero: «Se trata de convertirme en un adicto», y también explicó la metáfora en una aparición en Storytellers de VH1, diciendo que la canción trata sobre «sentirse como un insecto bajo una lupa» o quedarse pegado como mosca en la vaselina sin poder salir, porque lo que te adhiere es mucho más grande y poderoso que tu voluntad, como lo grafica nunca mejor el inicio del videoclip. 

«La letra se compuso en 20, 25 minutos. Fue uno de esos momentos emocionantes en los que supimos: «¡Oh, hombre, este segundo disco puede ser fantástico!» dijo Eric Kretz, quien también profundizó un poco más sobre el tema, pero desde el punto de vista mucho más musical: 

«Compré un pequeño bombo de 4 pulgadas y una pequeña caja de 12 pulgadas; los desafiné para que sonara un poco apagado. El kit más pequeño que puedas imaginar para una banda de rock. Bonito y sencillo. Lo grabamos en una pequeña sala de batería, lo cual es genial porque la emoción está en los riffs de guitarra y bajo, que se hicieron mucho más grandes.»

 

Patricio Avendaño

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