Fever 333: “Strength in Numb333rs” (2019)

Fever 333: “Strength in Numb333rs” (2019)

Roadrunner, 2019

Gracias al EP “Made in America” y, sobre todo, a sus vehementes conciertos, Fever 333 se convirtió en una de las revelaciones de 2018. De la mano del productor John Feldmann y respaldados por Travis Barker, han lanzado su primera producción “Strenght in Numb333rs”, la cual contiene suficiente dosis de crítica social, aullidos y locura como para esperar con ansias su próxima presentación en vivo. En este álbum caminan por el rock, hip hop, nu metal y pop que, en general, le queda bastante bien a la agresividad que destila Jason Aalon Butler en el escenario.

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Todo parte con una especie de intro de noticias, como si fuera el reporteo de disturbios callejeros, y eso nos prepara para “Burn It”, un trallazo de energía viva. En directo, será el deleite de la masa porque, además, la manera de rapear las estrofas nos va a recordar algo de Zach de la Rocha. “Out of Control” es una experimentación que no termina de cuajar debido a unos coros sin personalidad y que no esperaríamos en una banda como esta. En “Am I Here” se vuelven acústicos y con arreglos de cuerda, con un resultado al oído más que agradable. El rap de “Coup D’etalk” se hace disperso, pero destaca su base que de inmediato envía la mente a los mejores grupos de denominación “combativa”. “Prey for Me/3”, “One of Us” o “The Innocent” nos remontan a los Linkin Park de “Hybrid Theory”, sobre todo esta última, donde la vocalidad busca llegar a los registros que obtenía Bennington. Quizás por las altas expectativas, el disco confunde cuando se meten los coros, los que parecen programados para una banda de otro estilo y le quitan fuerza a muchos momentos. Sí logran destellos de agresividad.

La portada es simple y clara. Un joven, usando un polerón con la numérica de la banda en la ropa y estampada en una pared, se plantea en situación de escape antes de lanzar algo que tiene en la mano. Ad-hoc a los tiempos y resaltando lo que quieren proyectar: que son una banda incendiaria, con una impronta que busca ser etiquetada de impetuosa, del tipo RATM. Pero, musicalmente, no llegan a acercarse a los Rage Against the Machine más revolucionarios. Quizás podrían intentar llenar el espacio que dejaron vacante los que fueron liderados por De la Rocha, pero escuchando su debut queda claro que aún falta definición y camino por recorrer, pues a veces no es sencillo equilibrar el deseo de “revolución”, con el deseo de sonar en la radio.

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Macarena Polanco

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