Disco Inmortal: Kyuss-«…And The Circus Leaves Town» (1995)

Disco Inmortal: Kyuss-«…And The Circus Leaves Town» (1995)

Elektra, 1995

Hay álbumes que solo la distancia de las décadas permiten apreciar cuan bien han sobrevivido el paso de las erosiones musicales, el avance fulminante de los nuevos géneros y matices sonoros que siguen mirando el horizonte de la reinvención. Este es uno de ellos y creemos fehacientemente que pocos lo han logrado.

Con Brant Bjork emprendiendo su propio rumbo en ese momento y Alfredo Hernández (Yawning Man), asumiendo el sillín de la batería, la banda continuó construyendo sobre su base, un sonido lo-fi stoner único y propio, del cual a estas alturas pueden decir que fueron importantísimos para el desarrollo. Estaban conscientemente tratando de alejarse del sonido «grande» que tenían en su debut en un sello importante (Sky Valley/Elektra) y con el sello refregándoles en la cara que no tuvieron un éxito con el último álbum, se replegaron aún más en sí mismos y trataron de volver al comienzo, a las raíces. Todo de cero, pero eso sí, con mucha más cancha en el cuerpo; y con una mención no menor el nombre del disco, tanto porque en su arte refleja la sensación de un territorio inhóspito, donde alguna vez hubo actividad, alegría y carnaval (síntoma de epílogo), pero que quedó sepultado, para siempre, en medio de la nada.   

La voz áspera y lisérgica de John García, los riffs y solos de Josh Homme, y la fuerte sección rítmica de Scott Reeder y Hernández crearon algunas pistas incuestionables en esa forma y sabor árido fumón, quizá más que nunca la «gravedad» de los tonos hacía que en torno a este disco nos preguntáramos de verdad como lograron esta forma de retumbar magistralmente en nuestras cabezas pero como si todo fuese mal grabado, un ensayo, un juego, o simplemente jams donde un volón de los mejores estaba haciendo historia. 

Con temas como esa tormenta de arena llamada ‘Hurricane’ en la entrada, la insana paciencia para construir riffs y melodías disonantes de ‘One Inch Man’, la densidad sigilosa y hambrienta de ruido de ‘Gloria Lewis‘,  lo magnifico que esconde ‘Phototropic’ al igual que ‘Catamaran’, con una sutileza Zeppeliana unida a un caos aplastante en corta duración o ese último tema, ‘Spaceship Landing’ que dura un poco más de 11 minutos y su tema oculto revoloteando que se equivocaron en no resaltar, así como el hipnótico solo de entrada y la estructura de ‘El Rodeo’, que sigue poniendo la piel de gallina con sus gancheros riffs y tonos reggae ralentizados, para embestir finalmente con estruendosas mareas sónicas y presentar uno de sus temas más pesados y catárticos. 

Es verdad que hay otros discos de Kyuss más valorados, pero este último bastión despidió la carrera noventera del grupo con la frente más que en alto. Luego, lo que muchos sabemos, todos perdiéndose en distintas direcciones (y solo tres meses después de lanzado este álbum) siendo a Homme al que le fue mejor con QOTSA, pero sin obviar que juntos fueron poder puro, con un rock desértico bien pensado, arriesgado, alejado de todo y que verdaderamente hizo escuela. 

Patricio Avendaño

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