“Pinkerton”: el lado oscuro de Weezer

“Pinkerton”: el lado oscuro de Weezer

Conocida es la historia de algunas bandas que con su disco debut sorprenden al mundo, alcanzando un éxito muchas veces exorbitante e inesperado; este mismo éxito, en muchas ocasiones, llega a afectar la vida de los propios artistas, mostrándose incómodos, asqueados y con muchos conflictos que nacen a partir de esta misma fama, por otra parte, comienzan a crecer las expectativas tanto en fanáticos como en la prensa especializada, quienes de manera ansiosa y muchas veces morbosa, se preparan para digerir el nuevo material de la banda de turno.

Los estadounidenses de Weezer, posterior al éxito abrumador de su disco debut, comenzarían a trabajar en nuevas melodías, pensadas originalmente para ser incluidas en una ópera rock. Estas nuevas composiciones emprenderían un camino distinto con un carácter confesional, es así como fue brotando “Pinkerton” (1996), nombre inspirado en el antagonista de Madame Butterfly que termina destruyendo todo lo que ama, un concepto más que apropiado para un álbum que abordaría de manera cruda las desilusiones amorosas y frustraciones sexuales del propio Rivers Cuomo, dejando en evidencia que la vida de Rockstar le había afectado profundamente.

Decididos a capturar toda la esencia y energía de banda tocando en vivo, son los propios músicos quienes deciden producir el álbum, logrando un sonido áspero y visceral, esto se puede percibir en el arranque del disco con “Tired of Sex” una canción rabiosa en donde el nerd de Cuomo expone estar cansado de sus encuentros sexuales sin sentido y pidiendo a gritos el amor verdadero, el cual, en muchas ocasiones evade.

Las críticas no tardarían en llegar, tanto para el disco como para su primer single “El Scorcho”, canción que a pesar de tener un coro pegadizo y una tremenda energía, no lograría los resultados esperados, acá la letra básicamente habla sobre la timidez y la torpeza que tiene Cuomo para acercarse a la chica que le gusta.

Una de las cosas que más queda al oír su letra es aquella parte de “I asked you to go to the Green Day concert / You said you never heard of them”, una gran canción que en su momento no fue valorada del todo y que solo el tiempo la situará en el lugar que le corresponde.

El sello de la banda al ver que los resultados, tanto en las ventas como en los ranking, no eran los mejores, se apresuro en sacar el segundo sencillo «The Good Life«, el tema relata el renacimiento de Cuomo después de una crisis de identidad en su periodo universitario tras una dolorosa cirugía en su pierna. En pocas palabras, pide regresar, salir de esa vida de estudiante de Harvard y quizás volver a la vida del rock and roll. “It’s time I got back, it’s time I got back / And I don’t even know how I got off the track I wanna go back”.

Pink Triangle«, es una historia del amor no correspondido con una chica lesbiana, o al menos eso fue lo que pensó Rivers Cuomo , al ver a esta chica de la universidad con el triángulo rosado en su mochila (símbolo conocido por la comunidad gay que recuerda el exterminio de homosexuales durante el nazismo), a pesar de la intensidad de la canción y de toda su onda, el sencillo es uno de los menos exitosos en la carrera de la banda, en definitiva, el disco se comenzaba a hundir en un mar de incomprensiones y fracasos en lo comercial.

La banda se encontraba con la moral baja y con tensiones que cada vez se hacían más evidentes, además el conjunto debió enfrentar una serie de eventos desafortunados, los cuales terminarían por provocar un receso indefinido en sus actividades, de esta forma no regresarían al estudio hasta finales del año 2000.

Con el trascurso del tiempo, el consumo de la música comenzaba a sufrir ciertos cambios y las nuevas bandas de Rock alternativo, Punk o de la movida Emo, curiosamente, citaban a Weezer como su mayor influencia, en el que claramente sería el resurgimiento de la obra de Rivers Cuomo, quien se terminaría convirtiendo en el superhéroe de los inadaptados, dando un giro enorme en la desgraciada historia de este disco.

La crítica especializada, también comenzaba a modificar sus opiniones, incluyendo este trabajo de Weezer dentro de los mejores discos de todos los tiempos, comenzando a coronar de esta forma el triunfo de un álbum profundo y valiente, en donde las emociones se desnudarían con una honestidad brutal, en una obra que injustamente no contaba con el lugar que se merecía, fueron muchos los años que debió esperar “Pinkerton” para pasar de lo vergonzoso a obra fundamental, la justicia tarda, pero llega.

 

 

 

 

Carlos Bastias

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