Gary Numan en Chile: Salvaje alucinación

Gary Numan en Chile: Salvaje alucinación

Finalmente llegó su esperado debut en grande dejando alucinantes momentos y un espectacular sonido

La historia de Gary Numan es una historia de redención, de liberación, auto desafío, de lucha contra crisis, adversidades y críticas que lo dejaron muy devastado sicológicamente en su peor etapa, la del post suceso ochentero (los detalles e interesantes acontecimientos narrados como «ladrillos más en el muro» que se le fueron construyendo en la cabeza quedan clasificados en detalle en el muy recomendado documental «Android in La La Land», por cierto).

Tal redención ha llegado para su tranquilidad y la de sus fans, mostrándonos su presente con un Gary Numan totalmente renovado, con un poder increíble tanto en la construcción musical de discos como en un asombroso show en vivo, que fue justamente el que vivimos anoche en el Arena Monticello en San Francisco de Mostazal.


Con seguridad tocar “Cars” es lo que menos le importa actualmente, pues en “Splinter” y “Savage”, sus últimas placas, es donde residió lo más potente de una noche llena de descomunal fuerza electrónica


Sin una gran audiencia, pero no por eso con menos fervor, los que asistimos anoche nos vimos con expectativas superadas, pues este era un show de un artista que el tiempo ha sabido reconocer su importancia (Depeche Mode, Nine Inch Nails, Dave Grohl y sí, hasta David Bowie han dejado de manifiesto su admiración e influencia). Y si el feedback de estos artistas es importante, más lo es saber que la mano de vuelta ha llegado, pues el sonido actual de Numan es un sonido modernizado al 100%, que no se posa mucho en los viejos laureles (con seguridad tocar «Cars» es lo que menos le importa actualmente), pues en «Splinter» y «Savage», sus últimas placas, es donde residió lo más potente de una noche llena de descomunal fuerza electrónica, impactos visuales y aplastante sonido (influencias de NIN obvias, Rob Zombie, Front 242 y hasta KMFDM nutren el repertorio de un show que se hizo muy contundente).

Sin dejar clásicos aparte, porque echó mano a ese imprescindible álbum de 1979 «The Pleasure Principle», con temas como ‘Metal’, ‘Films’ y la obligada ‘Cars’, seduciendo a los amantes del new wave y de las jornadas Blondie/Bal Le Duc de toda una generación, donde su música es programación habitual, o incluso ‘Are ‘Friends’ Electric?’ de su seminal banda Tubeway Army, pero la abrazadora potencia llegaba con sus nuevas canciones: ‘Ghost Nation’ en el arranque nos lo dejaba claro con su envolvente coro. Máquinas, secuencias, la banda acompañando de forma brillante (que notable sonido emanaba de las cuerdas del bajista Tim Slade, pese a que a ratos la electrónica se apoderaba de todo).


A ratos, parecía que estuviéramos en los mejores momentos de las giras de NIN (admirables guiños al tour Lights in the Sky) y a la forma de pararse en el escenario de sus músicos


Su hija Persia de tan solo 12 años tuvo momento clave en el show cuando lo acompaña a interpretar ‘My Name Is Ruin’ en conjunto con las místicas y orientales estéticas e imágenes de ella misma en pantalla en grande que son parte del concepto de su nuevo disco, potenciado en la fusión de las culturas occidentales y orientales, pero con una mirada de caos post-apocalíptico, en un show que por cierto nos bombardeaba de luces y alucinantes efectos visuales en pantalla. A ratos, parecía que estuviéramos en los mejores momentos de las giras de NIN ( admirables guiños al tour Lights in the Sky y a la forma de pararse en el escenario de sus músicos), pues el ADN de la música electrónica e industrial encuentra su grandioso complemento ahí. ‘Everything Comes Down to This’ y ‘A Prayer for the Unborn’ llegaban en el encore después que el público clamaba por su regreso.

En definitiva, el show de Numan se posa en eso, en la espectacular revancha que la ha dado a la vida, a su sonido y a su carrera musical y, dicho sea de paso, nos deja con su debut en Chile uno de los momentos más espectaculares en directo en lo que va del año.

Por Patricio Avendaño R.

Fotos: Federico Soto

Patricio Avendaño

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