Mannequin Pussy -«I Got Heaven» (2024): El cielo es visceral

Mannequin Pussy -«I Got Heaven» (2024): El cielo es visceral

Hay algo atrapante cuando escuchas a Mannequin Pussy, pero es algo que no se descifra tan rápido. Quizás las atmósferas que han alcanzado en su última etapa, las furiosas líneas de bajo hardcorizadas vieja escuela, quizá la penetrante voz de su vocalista Marisa «Missy» Dabice o esas guitarras aplastantes que a veces se sobrepasan y no temen mezclarse con fragmentos de un pop sucio y limpio al mismo tiempo. Hace algún tiempo que una banda no lograba eso. No es una banda que deje que la pasen así no más cuando suenan en tus audífonos. Quedan. 

El cuarteto de Pennsylvania cumple 10 años de carrera y al parecer le han dado al clavo esta vez con «I Got Heaven», una muestra de encomiable actitud punk atemporal y sarcástica sin dejar de ser melódico e incluso tejiendo sutilmente algo de nostalgia pop-punk de los 90 en su sonido. Es muy amigable lo que hace la banda, pero no por eso te deja escapar, te vuela la cabeza de todas formas y hay códigos que van poniendo bastante pólvora a todo lo angelical que a veces pueden sonar. 

Expuesto desde el tema que abre que titula la placa «I Got Heaven», hacia la candidez in crescendo de «Loud Bark» estandarizando del indie rock en su faceta más estridente. El trabajo del productor ganador de Grammy John Congleton en experimentar con la disonancia vocal en la inmensa «Sometimes» o la impronta noise desatada dentro de un tema que parte desde la simpleza pura como «I Don’t Know You», o esa esquizofrenia bien lograda en un par de minutos de «OK? OK? OK? OK?». 

Otra grandeza es cómo va la lista de canciones, que se conforman como una historia, como un viaje, según su líder inclusive, recalcándolo: Dabice dice: “Creo que la lista de canciones es uno de los aspectos más importantes a la hora de hacer un disco. Quiero decir, obviamente cada parte de lo que implica la creación de un álbum tiene su importancia, pero para mí una lista de canciones y una secuencia es realmente el viaje al que llevas a la gente. Realmente no pienso en absoluto en la audiencia cuando escribimos y grabamos un disco, que es algo que es muy intencional para nosotros [como banda].»

 

Es así como el disco va por las emociones, habla de anhelos de adolescencia perdida, y la faceta existencial de la lírica punk y amorosa de su líder está en todo, quien, con este apañe del productor, salió de sus zonas de confort tan solitarias, para hacer un trabajo más colectivo. También fue nueva para la banda que Maxine Steen fuera miembro oficial. Steen había estado de gira con la banda desde 2021 y haciendo música con Dabice en su proyecto paralelo Rosie Thorne, pero unirse al proceso de composición se concretó este nivel sónico impensado al que llegaron en 2024. Su propia guitarra Nash Wayfarer, fue imprescindible para lograrlo, ha contado ella misma: “Utilicé mi Nash Wayfarer personalizada que hice para mí en 2021 para este disco»

«I Got Heaven» es un disco de guitarras y experimentación en el estudio. La suma de todo es que mezcla esto con momentos cautivantes y garra visceral. Y es un golpe de aire fresco al mismo tiempo, pese a que vivimos una etapa muy refloreciente de propuestas punk y hardcore actual. Principal y justamente, donde la rama femenina ha cobrado vital protagonismo. 

Patricio Avendaño

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