Opeth en Chile: El huerto del diablo en el Caupolicán

Opeth en Chile: El huerto del diablo en el Caupolicán

miércoles 28 de marzo 2012

Un momento de madurez único es el que reencontró la noche de ayer miércoles a los suecos de Opeth con el crew chileno. Con su recién lanzado disco «Heritage», el cual aborda el rock progresivo clásico de frentón dejando bastante en el olvido el death y la vocalización más gutural por parte de su indiscutido líder Mikael Akerfeldt, la banda en gran medida transmitió a los que presenciamos anoche parte de este cambio autoimpuesto, el cual no le viene nada de mal a una banda que ya se ha ganado todo el derecho de emprender el rumbo que se le ocurra.

Muy puntuales partieron justo a las 21.00 hrs. y como era de esperarse abrieron con la carta de presentación de su nuevo trabajo, el tema ‘The Devil’s Orchard’. La puesta visual muy enlazada con este arte presentado en su nuevo álbum, una especie de árbol con dos demonios de un fuerte colorido rojo ilustrando el escenario muy al estilo característico de Opeth, ese de oscuridad y misterio al mismo tiempo.

Sin embargo una de las falencias del Teatro Caupolicán eternas ha sido que en la parte delantera el sonido no logra ser recibido de la mejor forma, siempre yendo in crescendo desde los primeros minutos hacia el final donde ya mejora bastante. Es así como en esa parte no se pudo disfrutar al máximo de ‘I Feel the Dark’.

El saludo de un parsimonioso Akerfeldt se sucedió , quien siempre se presentó muy empático y bromista. Como él mismo dijo era tiempo para un tema ‘old school’ y es por eso que suena ‘Face of Melinda’ , una bella y épica canción de su disco «Still Life» de 1999.

El público – pese a que las canciones todavía no llegaban al nivel del metal más estridente que presenta Opeth, por ejemplo en ‘Slither’ (otra de su nuevo disco)- ya empezó a moverse y a «moshear» por primera vez en la noche. Sin duda que la fanaticada que nos encontramos allí era de las más fieles, los «olé-olé- ole- o-peth- o-peth!!» se escucharon muy seguido durante la jornada, al igual que el olor a marihuana que se dejó caer en muchos rincones, quizá nos recordó al último concierto en que estuvimos en el Caupolicán, donde se ameritaba totalmente con Mark Farner, pero curiosamente este metal progresivo de Opeth da mucho pie para que sus fans lo disfruten con un «incentivo adicional».

Para la siguiente, ‘Windowpane’, aprovechamos de relajarnos y disfrutar la natural y eficiente destreza de los músicos que acompañan a Akerfeldt, como el bajista Martín Méndez, quien estuvo notable toda la noche y para qué decir algo del eximio guitarrista Fredik Äkesson, su guitarra- al igual que la de Akerfeldt- obedeció cada uno de sus movimientos a la perfección.

Los temas que vendrían serían de alta factura también ‘The Rid of Disease’, ‘Burden’, ‘The Lines of My Hand’, hasta mandó saludos de parte de su amigo y compañero de banda Steven Wilson entre esta tripleta de temas (quien luego también nos visitará, por cierto) e incluso se dieron el tiempo para mostrar el extraño tema  de su nuevo álbum ‘Folclore’, si hasta una cuerda se le cortó, lo cual dejó bastante perplejo a Akerfeldt dado el momento de la canción , pero el impass se logró solucionar de inmediato.

Ya acercándonos al final se empieza a mostrar el lado más brutal de Opeth con las voces guturales por parte de su líder, que, hay que decirlo, estuvieron bastante a la altura, contradiciendo así lo que muchos piensan que debido a afecciones serias en su garganta el vocalista ha dejado de cantar gutural, lo de anoche fue prueba irrefutable de que aquello no es cierto.

Sólo un encore bastó para que salieramos conforme. !Y qué encore! Si se despacharon nada más ni nada menos que la monstruosa ‘Deliverance’ , un tema que explota toda la grandilocuencia y extrema recursos para darnos cuenta del buen momento por el que pasan como banda, no se les fue ninguna de este complejo tema y la brutalidad estuvo verdaderamente increíble.

Gran paso de Opeth por Santiago y es de esperar que no sea la última, los músicos muy amistosos se despidieron con la ya clásica reverencia al público, apretones de manos y regalos. Si bien hubieron muchas canciones que quedaron fuera que nos hubiese encantado escuchar, Opeth utilizó un set muy equilibrado, mostrando buena parte de su gran nuevo trabajo y también de lo que repasó por su carrera sacó lo mejor, para regocijo de todos nosotros que salimos bastante satisfechos y emocionados de uno de los grandes conciertos de metal en lo que va del año.

Patricio Avendaño R.

Patricio Avendaño

2 comentarios en «Opeth en Chile: El huerto del diablo en el Caupolicán»

  1. buenisimo concierto, atras el sonido fue excelente desde el principio pero es verdad, me ha pasado en otras visitas al Caupolican que adelante no se escucha igual.

    la musica y voz impecables, tal como en sus discos. el repertorio muy bueno, siempre faltaran canciones pero eso es bueno para tener motivo para una pronta nueva visita ojala.

    el arbol de la vida, en la mitologia y folclor europeo Yggdrasil, es la representacion de la vida en la que en cada parte de él vive alguna forma de vida, en la cual el hombre tiene su lugar, siempre custodiado por los dioses o demonios que viven sobre el. el diseño que muestra Opeth es genial, enrojezido, poseido por demonios, muy ad hok con el sonido letargico y tenebroso de su ultimo disco.

  2. Excelente Patricio!, me ubiese gustado ir!!!, me pasa por ser pobre!!!, pero para la otra ahi estare!!, grande opeth!!!

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