Belgrado – Intra Apogeum (2023): La elegancia dirigida por las máquinas

Belgrado – Intra Apogeum (2023): La elegancia dirigida por las máquinas

La Vida Es Un Mus, 2023


A lo largo de la década pasada, Belgrado se configuró como punta de lanza de una interesante resurrección del punk más oscuro y cavernario. Con claras influencias de nombres insignes del rock gótico y el coldwave de los ochenta, el conjunto de Barcelona fue capaz de hacerse un lugar de reconocimiento, con tres álbumes de estudio que contribuyeron a evocar ciertas estéticas y revitalizar una escena, en la actualidad, bastante prolífica. A siete años de su último trabajo, “Obraz” (2016), y con un merecido estatus de leyenda contemporánea, la banda cambia las guitarras fantasmagóricas por luminosos sintetizadores, que entregan reminiscencias al glamour, las luces de neón y la vida bohemia en las pistas de baile.


Bajo el título de “Intra Apogeum”, el cuarto álbum de Belgrado es una importante transformación sonora que se desmarca de aquellos inicios rudimentarios de su homónimo del 2011 o de “Siglo XXI” (2013). Junto con hacerse cargo de las secciones de batería y guitarra, respectivamente, Jonathan Sirit y Fernando Márquez experimentan en el campo de los sintetizadores, transformándose en los nuevos protagonistas que brindan identidad propia a este trabajo. Un sello de autenticidad que no se hace esperar y llama la atención desde los primeros segundos de “Boixar”, con ruidos electrónicos y un tempo cercano al ítalo disco. Pese a estos nuevos elementos, la imperturbable voz de Patrycja Proniewska continúa como aquella característica inherente en la banda, siendo el hilo conductor de la clásica estética oscura del cuarteto.

Si bien el disco se define por su acento bailable, lo cierto es que los recursos electrónicos también dan pie al coqueteo con el coldwave en algunas canciones. Tal es el caso de “Rytmy Wszechswiata”, donde la profundidad atmosférica en los teclados, el medio tiempo de la batería eléctrica y las sutiles melodías en la guitarra le otorgan un carácter contemplativo. Similar es lo que ocurre con el séptimo track, “Na Szlak”, en el que las cajas de ritmos adquieren mayor notoriedad y recuerdan a lo realizado por otro importante nombre contemporáneo dentro de la escena, como el caso de los bielorrusos Molchat Doma. Pese a la calidad de ambas composiciones, la canción mejor lograda dentro de esta arista es “Nie Zapomnę”, cuyos sonidos de campanas traen a la memoria a “Cities in Dust” de Siouxsie and the Banshees, recalcando aún más esta influencia a través de su videoclip, con evidentes referencias estéticas a David Bowie y a la otrora frontwoman de the Banshees.


Como gran fuerte de este cuarto larga duración, las composiciones con cualidades de synthpop son las que se llevan el resto de la atención. En “Tęsknota” las características bailables adquieren mayor notoriedad, otorgando un momento suave y elegante donde el compás liderado por las máquinas se acopla a las ágiles líneas de su nuevo bajista, Louis Harding. “Tu I Teraz” reitera aquel ritmo cercano al ítalo disco, donde el tono de los sintetizadores recuerda a Kraftwerk durante su era “Computer World” (1981); mientras que “Elementy Umysłu”, las más extensa de “Intra Apogeum”, ofrece un desarrollo paulatino, cuyo comienzo se enmarca en lo ambiental para luego quebrar bruscamente hacia un marcado ritmo de batería. A modo de cierre, la canción que da nombre al álbum concluye de forma contundente esta nueva faceta del conjunto, donde el equilibrio entre lo dance y gótico se logra favorablemente, valiéndose de los mismos arreglos electrónicos que abrieron y recorrieron toda la obra.


En un álbum íntegramente cantado en polaco, el cuarteto de Barcelona consagra un retorno discográfico marcado por la experimentación hacia nuevos sonidos y recursos musicales. Una exploración cuyo principal valor está en la capacidad para desarrollar un sello más sofisticado, pero que no abandona aquel carácter sombrío de la banda. Con “Intra Apogeum”, Belgrado abre un nuevo abanico de matices en las profundidades de la música gótica y en su propio repertorio. Una metamorfosis que, por esta ocasión, entrega imágenes luminosas y bailables.

Javier Perez

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *