Ne Obliviscaris – Exul (2023): Cuando la espera trae recompensas

Ne Obliviscaris – Exul (2023): Cuando la espera trae recompensas

 

Season of Mist Records, 2023

Crecer bajo la sombra de su propia historia nunca ha sido fácil para Ne Obliviscaris. Y es que, a once años de “Portal Of I” (2012), el primer disco de los australianos continúa siendo un referente de calidad, originalidad y genio dentro de una escena tan exigente como el metal progresivo contemporáneo. Una vara alta con la que sus fanáticos miden con sumo rigor cada nueva entrega de la banda. Con algunos lanzamientos más aclamados que otros, lo cierto es que este quinteto se mueve dentro de un estándar que sobresale, siendo “Exul” (2023) un hito que se acerca bastante a aquel mítico inicio de carrera.

Para su cuarto álbum, Ne Obliviscaris continúa explorando elementos que son esenciales para entender la identidad de la banda. Mientras los guturales de Xenoyr son los encargados de canalizar aquella vertiente intensa y agresiva que predomina, los pasajes melódicos de Tim Charles juegan el rol de contraparte, equilibrando una fórmula colmada de contrastes. Es precisamente en esta multiplicidad de estímulos donde Charles también se luce en las cuerdas, con un violín que no figura como mero arreglo, sino que también asume liderazgo y encamina el desarrollo en cada composición. Todo esto, sumado a la calidad interpretativa de sus otros tres miembros, dando como resultado final una obra que no escatima en sumar recursos.

Con doce minutos de duración, “Equus” abre un disco que no tarda en posicionar los contrapuntos que definen a los australianos. Ya en sus primeros segundos, la composición más extensa del álbum introduce secciones de violín acompañados por una batería que cabalga impetuosa, generando aquella mezcla entre épica y dramatismo. Un inicio prometedor cuya lírica también ofrece miradas interesantes; enmarcada en los incendios ocurridos en Australia durante el 2019 y 2020, la canción es un homenaje tanto a las vidas que cobró el desastre, como también a su alto impacto medioambiental. La suite de dos partes, “Misericorde”, compone el resto de la primera mitad de “Exul” (2023). “Misericorde I – As the Flesh Falls” toma un ritmo más pausado en su desarrollo; a diferencia de la explosión inmediata de su antecesor, este track va avanzando en tensión de manera paulatina, con un quiebre a mitad de canción y un cierre de cuerdas que hace de puente con su segunda parte. “Misericorde II – Anatomy of Quiescencence” es el momento del álbum donde el énfasis recae en la sutileza, mediante secciones lideradas por Tim Charles y un suave solo de guitarra, dotando de elegancia a un track mayoritariamente instrumental.

Es preciso destacar que, junto a la particular sonoridad de Ne Obliviscaris, la elocuencia es un rasgo distintivo tanto en “Exul” (2023) como en el resto de su discografía. Prueba de ello es lo presentado en “Suspyre”, donde, pese al vaivén de intensidades a lo largo de sus diez minutos de duración, el track goza del buen tino de contar con cambios de ritmo en los momentos precisos, pasando con toda naturalidad del caos propio del metal extremo a la suavidad de los arreglos de guitarra acústica, sólo por dar un ejemplo. Ya en su porción final, “Graal” es la última ocasión de los australianos para soltar todo su desplante. En una composición con algunos elementos disonantes y una ejecución vertiginosa al violín, la banda explota el clímax del álbum, siendo “Anhedonia” un cierre más austero donde se decanta toda la tensión. En lo que parece ser más un outro que una canción como tal, las capas de cuerdas se superponen en un bucle melancólico, brindando el dramatismo necesario para cerrar una obra pomposa y extensa.

Pareciera que con Ne Obliviscaris el paso del tiempo fuese sinónimo de calidad, si se toman en cuenta los casi seis años que distancian a “Exul” (2023) de su predecesor. Tal como ocurrió en el inicio de su carrera, donde tardaron cerca de una década en lanzar su primer larga duración, el cuarto álbum de la banda demuestra la importancia en respetar los procesos creativos y la necesidad de trabajar sobre una obra hasta alcanzar su estado óptimo. Sin la necesidad de refugiarse en glorias pasadas, el sólido presente de este quinteto progresivo los vuelve a situar como un proyecto que merece atención.

Javier Perez

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