Cancionero Rock: «The Call of Ktulu» – Metallica (1984)
Metallica -y principalmente Lars Ulrich- en más de una oportunidad han rendido homenaje al maestro de la literatura de horror Howard Philip Lovecraft, un hombre que rediseñó el espectro literario con asombrosas historias que iban desde la simple ficción a crear universos paralelos, donde la demonología y los portales a otras dimensiones mostraron una nueva cara del estilo a principios del siglo pasado.
Readapataciones, cortos, películas, animés y cómics numerosos se han hecho debido a su influencia, pero en la música ha resaltado también esta pasión por esta cara desconocida en lo escrito hasta ese entonces, y un claro ejemplo de ello ha sido Metallica, con una de sus obras maestras llamada «The Call of Ktulu» del maravilloso «Ride The Lightning», como así también «The Thing That Should Not Be» del «Master of Puppets» y alguno que otro guiño en un par de canciones más.
Por ahora nos queremos centrar en este tema instrumental, denso, majestuoso y lleno de fuerza, que por cierto nos rememora de una forma épica «Los mitos de Cthulu», esta serie de libros realizados entre 1921 y 1935 donde Lovecraft presentaba a este demonio submarino que era parte de los «Dioses Antiguos», que en su fantasía gobernaban la tierra antes de nuestra existencia. Lo interesante de Lovecraft es la asociación de estos seres con la locura humana, la divagación y cómo esta horrenda figura (que según la descripción mide unos 10 kilómetros de altura, con cabeza de pulpo o calamar, cuerpo de dragón, masa gelatinosa y capaz de adquirir distintas formas) dominaba desde las profundidades del océano y empieza a crear insanidad total a quien ose acercarse a sus parajes avernales ubicados en la ciudad inmemorial hundida de R’lyeh, donde yace durmiendo esta criatura.
«Antaño nuestro mundo fue poblado por otras razas que, por practicar la magia negra, perdieron sus conquistas y fueron expulsadas; pero viven aún en el Exterior, dispuestas en todo momento a volver a apoderarse de la Tierra»
H.P. Lovecraft.
El bajo de Cliff Burton es tan denso como las historias Lovecraftianas, y los riffs creados y esa intro parecen ser salidos directamente de conjuros en base al mítico Necronomicon. Una bella pieza de metal, melancólica y dantesca. Una verdadera obra de arte, tal como lo que inmortalizó el gran escritor de Providence, Rhode Island en su interesante trabajo literario.
