Cancionero Rock: «The Great Gig in the Sky» – Pink Floyd (1973)

Cancionero Rock: «The Great Gig in the Sky» – Pink Floyd (1973)

Del tremendo «Dark Side of the Moon» de Pink Floyd no cabe duda que cada canción tiene su personalidad propia y su historia misma, aunque de igual manera todas están entrelazadas entre sí bajo un concepto muy ligado al ser humano y a la filosofía de la vida y la muerte, quizá eso es lo que lo hizo tan grande y más aún cuando su música y la calidad de sus composiciones fueron absolutamente innovadoras y sobresalientes para el rock de su época.

«The Great Gig in the Sky» es un gran pedazo de ese álbum, una canción profunda, estremecedora, y al mismo tiempo totalmente grandilocuente. La inclusión de las voces de la soprano Clare Torry fue uno de sus pilares fundamentales, otorgándole un plus casi único. Ni siquiera era un gospel característico, acá Clare cantó con el alma, a quien los mismos Pink Floyd le advirtieron antes de su interpretación en el estudio que tratara de improvisar su forma de cantar con pensamientos de pena al perder un ser querido y acerca de la muerte. Paradójicamente, la bien dotada cantante luego de salir se disculpó por que según ella lo había hecho mal, a lo cual los miembros de Pink Floyd le expresaron categóricamente que no, que había sido todo lo contrario, asunto que también nosotros podemos constatar de todas maneras al escuchar el registro, una interpretación que bordea lo sublime.

Teniendo el concepto de la muerte como premisa, la canción es justamente eso, el paso hacia la eternidad, el sentimiento amargo de la pérdida al saber que vas a prescindir de un ser querido. Es una representación casi operática de lo que la tristeza evoca al tener que conformarte con un hecho así y es lo que se transmite claramente con su musicalización, la cual bordea lo fúnebre, pero que a la vez tiene ese factor liberador, como pensando en que a veces es bueno «dejar ir». También las frases que se esbozan dentro de la canción (que estuvieron a cargo  curiosamente a  Gerry O’Driscoll, portero de Abbey Road) hablan de la valentía al enfrentarse al momento que inevitablemente nos llegará a todos:

«And I am not frightened of dying, any time will do I don’t mind. Why should I be frightened of dying, there’s no reason for it you’ve got to go some time» («Y no tengo miedo de morir, cualquier momento esta bien, no me importa. ¿Por qué debería tener miedo de morir?, no hay razón para ello, tienes que irte en algún momento.»)

Es el gran concierto en el cielo de Floyd, otro de sus momentos más cautivantes es la interpretación de piano de Rick Wright, quizá sea ésta una de sus mejores composiciones para la banda, más aún cuando llegó el momento de su propia muerte, que sin duda cobró mayor significado con lo que esta canción-totalmente compuesta por él- representa. Wright, miembro imprescindible, fundador de la banda y parte vital para en lo que se llegaron a convertir los británicos, junto con su lamentable muerte, también sepultó para siempre la posibilidad de reunión de los cuatro miembros clásicos, que había tenido su última versión (y de alguna forma sembrando ilusiones para lo que podría pasar a futuro) en el recordado Live 8 el 2005.

Una de las más grandes, claramente. Qué mejor que escucharla en esta soberbia presentación en vivo:

Patricio Avendaño R.

Patricio Avendaño

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