Cavalera Conspiracy- Morbid Visions/Bestial Devastation (2023): Asegurando que la energía pura del original siga a la vanguardia

Los hermanos Cavalera han sido muy cuidadosos para asegurarse de que esta regrabación se trate de hacer de la experiencia un ejemplo más claro de lo que era su visión en ese momento

La mayoría de las veces, volver a grabar un álbum clásico es un terrible error, que incluso puede manchar el legado de la obra maestra original. Estos dos álbumes regrabados de Sepultura NO son ejemplos de este error. Consideremos las ediciones Cavalera de Bestial Devastation y Morbid Visions como las últimas excepciones a la regla. 

Regrabar música es un negocio arriesgado en cualquier género, pero especialmente en el metal, donde los fanáticos pueden apegarse mucho a un lanzamiento y quejarse de cualquier intento de lo que percibirían como ‘limpieza’, pero los Cavalera lo saben, ya que han asegurado que la agresión y el caos desenfrenado que Sepultura tenía en ese momento sigue siendo el punto focal. 

Bestial y Morbid se sostienen por sí mismos como obras maestras del death metal extremo que ahora adoran legiones de bandas como punto de partida, y aunque muchas de estas bandas hacen un ruido fantástico, no hay nada como la innovación original capturada en estos discos.

En Morbid Visions, las pequeñas guitarras no hacen justicia a los riffs, y el álbum merece un tratamiento de producción de death metal adecuado. En cuanto a Bestial Devastation, el EP proto-black metal se beneficia de su aspecto lo-fi, siempre que Cavalera mantenga la atmósfera intacta. Max hizo un buen trabajo marcando el tono del trabajo de guitarra de 1985, mientras lo ajustaba para reflejar sus décadas de experiencia desde entonces. Del mismo modo, Iggor afina y refina los ritmos de una manera que hace que el EP se sienta más como un death-thrash que como un black-thrash.  Los Cavalera básicamente tienen todos los derechos de publicación de este material y no tienen que preocuparse por pagar regalías a Andreas o Paulo Jr. ya que no se unieron hasta Schizophrenia).

Los hermanos Cavalera han hecho un trabajo absolutamente brillante en ambos lanzamientos, preservando la violencia pura y exuberante de los originales de 1985 y 1986 mientras le dan a la música un impulso emocionante. Esto es especialmente cierto en el tono de la guitarra, que Max clavó absolutamente en la cruz y desangró para obtener el máximo efecto. Canciones como «War», «Crucifixion» y «Funeral Rites» finalmente tienen el poder explosivo que se merecen. Mientras que las versiones de 1986 parecen brasas calientes, las pistas de 2023 están absolutamente en llamas.

La voz de Max tiene su moderno y característico ladrido de Soulfly, pero también tiene la capacidad de emitir gritos más agudos. Y lo más importante, “mantiene la reverberación al máximo”. Esto mantiene la energía cavernosa y malvada de la música mientras la hace sentir más grande y mezquina. Mientras tanto, la batería de Iggor ya sonaba enferma en los álbumes originales, así que esto es más una cuestión de claridad y fidelidad. Finalmente, Max cumplió con sus deberes de bajo aquí y completa el sonido muy bien con algunos graves que faltaban en las interpretaciones de los 80.

Incorporan dos temas «nuevos» compuestos por riffs de los inicios de Sepultura y renacidos de la tumba: «Sexta Feira 13» y «Burn the Dead». «Sexta Feira» es un sencillo tema thrashy que suena más parecido a los últimos álbumes de Soulfly que pasaron por el filtro de los primeros álbumes de Sepultura. Definitivamente pondrá en marcha el foso circular, provocando un cataclismo en vivo. «Burn the Dead» es absolutamente abrasador con la velocidad y la potencia del death metal. Aunque ninguna de las pistas es una obra magna, son un bono de bienvenida y divertido.

Estas regrabaciones resaltan la inmensa fuerza del material de origen, que merece un mayor atractivo y reconocimiento. Además, el cuidado puesto en preservar el carácter crudo e impredecible muestra la integridad de los hermanos Cavalera y cuánto respetan su propio legado y sus fans.

Max e Iggor son la realeza del heavy metal, y los relanzamientos de dos piezas seminales de su historia han reiterado ese hecho. Donde una vez los registros podrían haber tropezado, ahora corren libremente, sin tomar prisioneros y sin dejar rastro de sobrevivientes. Las regrabaciones rara vez funcionan tan bien, pero cuando lo hacen, es un placer para la vista y oídos.