Disco Inmortal: The Cure – Kiss Me, Kiss Me, Kiss Me (1987)

Disco Inmortal: The Cure – Kiss Me, Kiss Me, Kiss Me (1987)

Fiction Records / Elektra, 1987

El triple beso de The Cure perfectamente puede resumir lo que ha sido a grandes rasgos la carrera de la banda indiscutiblemente siempre liderada por el genio y la figura de Robert Smith. Si bien siempre se les enmarca y asocia dentro del rock gótico o el new wave, para los no tan entendidos en la materia sobre el sonido global de la banda hay que dejar claro que son mucho más que eso, es una banda que apela a la diversidad y que jamás ha sido partidaria de mantenerse en una sóla casilla o categoría musical; es más, el propio Smith insistentemente ha renegado de eso, dando cuenta de que su propósito y fin siempre ha sido experimentar en diversos estilos, tanto en el rock como en el pop e incluso más allá.

Y este disco lo demuestra claramente, tenemos prácticamente de todo, partiendo por una densa oscuridad con ‘The Kiss’, un tema que -para la buena entrega de pop y cosas más ‘oreja’ que tiene este disco-fue el abrupto punto de partida, puesta así en la apertura de forma muy valiente como para dar una primera impresión del disco. Pero la verdad es que al ir adentrándonos en esta variopinta  gama de sonidos que nos ofrece, a veces no podíamos saber a que atenernos, teníamos a unos The Cure completamente camaleónicos musicalmente y claramente este síntoma fue una de las claves de su éxito.

Contrastando casi categóricamente con la penumbra de canciones como ‘The Snakepit’, ‘One More Time’  o ‘If Only Tonight We Could Sleep’ (esta última con una influencia algo oriental y misteriosa muy seductora), aparecen temas con una alegría e impacto como casi nunca antes vistos: la muy funky ‘Hot, Hot, Hot’ o ‘Why Can’t I Be You?’, hit indiscutido, la cual cuenta con una lírica que habla del snobismo y de la idolatría hacia otro ser, que en su letra,  suena como crítica sarcástica a esta tendencia y de pasada a los propios fans de Robert Smith que idolatraban hasta al grado más freak posible al cantante.

También es interesante como el disco apela en muchos de sus pasajes a las largas instrumentalizaciones tendiendo a lo experimental, como en  ‘Shiver and Shake’ con una eufórica interpretación de Smith, la misma ‘The Kiss’ del arranque. Hubo cosas como ‘Hey You!’ donde el rockabilly y el ska encuentran su refugio siempre al estilo The Cure.  También dábamos cuenta del buen aporte y  la inspiración de Simon Gallup, Boris Williams y en menor grado de Lol Tolhurst, este último asumiendo desde hace varios años ya el papel de tecladista, aunque su errático comportamiento no mucho después de lanzado este disco impulsaría su salida de la banda.

La candidez y el romanticismo permeado de inocencia  también cumple rol en este disco, la brillante ‘Catch’, ‘How Beautiful You Are…’, ‘The Perfect Girl’  y la genial y sobresaliente  ‘Just Like Heaven’ , una de las predilectas de todo el repertorio The Cure del propio Smith y de toda la fanaticada por lo demás, una canción de una esencia pop realmente dulce y transportadora, que infranqueablemente sigue sacudiendo cabezas y causando estragos en discotheques hasta el día de hoy. ‘All I Want’ brilla por la soberbia inclusión de los teclados y percusión, donde todo el conjunto The Cure suena casi como a una orquesta de lo que es una canción propia del new wave casi por antonomasía.

Pero, ¿qué mas propuso este disco? Lo del nombre no era por nada, el título casi agobiante del triple beso tenía su razón de ser, un disco marcado por una lírica donde el amor, desamor, la frustración emocional, el salvajismo sexual serían los tópicos de las letras. El álbum reúne todos los elementos en torno a lo sentimental y sus derivaciones casi al borde de lo visceral incluso en algunos casos. Acá el patrón- totalmente de puño y letra de Smith- quería representar como siempre las propias vivencias del artista. Un disco que incluso podríamos catalogarlo de conceptual, exceptuando el hecho- claro está-, de que no es un disco que sigue una historia lineal canción tras canción. Pero el tema del corazón puesto desde las múltiples perspectivas emocionales conseguía que el disco cobrara una gran vida y personalidad propia.

Y pese a lo largo e interminable, el disco con su orden de los tracks  nos hace la tarea fácil, hay mucho proceso de sonido que si bien antes fue facturado por la banda, ahora nos entrega una maduración pulida al 150%. También comercialmente fue un despegue muy merecido, sin hacerlo de forma forzada, fue el punto de entrada al Billboard y en Estados Unidos  se vendió como pan caliente superando el millón de copias.

Es un disco que acomoda para lo que significa el sonido de The Cure, una banda que puede moverse y ser justamente aclamada por su sonido post-punk, ser pionera en lo que es el esquema del new wave ochentero de todas maneras, pero que no le hace asco para nada tampoco a los ritmos latinos y otras tendencias. Esa es la gran gracia de «Kiss Me , Kiss Me, Kiss Me», aparte de todo lo ya mencionado, es un disco que representa fielmente a The Cure y que resalta claramente dentro de la variedad interesantísima que ofrece toda su discografía.

Patricio Avendaño R.

Patricio Avendaño

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