Disco Inmortal: The Doors – Strange Days (1967)

Disco Inmortal: The Doors – Strange Days (1967)

Elektra, 1967

Agosto de 1967 y The Doors inició la grabación de su segunda placa de estudio que llevaría por nombre Strange Days. Apremiados por la gran demanda y la popularidad que obtuvo su disco homónimo, la discográfica le solicitó a la banda 500 mil copias por adelantado. Jim Morrison y los suyos se metieron rápidamente a los estudios Sunset Sound de Los Ángeles y comenzaron a rodar la “máquina de hacer dinero”, no sin antes hacer una mejoras en su contrato con el sello. Sin embargo, mejorar las remuneraciones no era solo lo que pedían sino que exigieron control total sobre sus letras y composiciones, la cual regularizaron a través de una sociedad editorial que nombraron Doors Music. “Si ser underground significa regalar dinero y no ganarlo, entonces nosotros no somos underground. Dirigimos nuestra propia carrera. Creo que el término adecuado sería el de ‘hombres de negocios'», dijo Jim Morrison, en su momento, por los porcentajes y beneficios económicos que recibirían con su nueva placa.

Durante la grabación de su segunda placa, se incluyó al bajista de los Clear Light, Dough Lubahn y comenzaron a probar nuevos sonidos al mismo tiempo que The Beatles lo hizo con el Sgt. Pepper’s. “Empezamos a experimentar con el estudio, como si este fuera un instrumento más que había que tocar”, aseguró Ray Manzarek, agregando que “ya estamos grabando en ocho pistas y pensamos que ‘podemos hacer cualquier cosa, podemos doblar sonidos y grabarlos después y tenemos ocho pistas con las que podemos jugar. A partir de aquel momento empezamos a tocar como si fuéramos cinco personas: teclado, guitarra, batería, vocalista y estudio’”.

El primer adelanto de lo que sería Strange Days fue “People Are Strange”, que alcanzó el puesto número 10 de las listas estadounidenses en 1967. El arte inicial de la portada iba a ser la banda rodeada por trece perros y un juego de 13 palabras espirituales, donde iba incluida la locución God (Dios). No obstante, la discográfica, para evitar que la portada fuese censurada por los sectores más conservadores, donde Lyndon B. Johnson era Presidente de los Estados Unidos, decidió no dar pie con el arte, argumentando que podía ser acusada de satánica. Jim Morrison odiaba la portada del primer disco que realizó el director de arte Bill Harvey y lo descartaron inmediatamente y optaron por el fotógrafo Joel Brodsky, quien fue el autor de la instantánea definitiva.

Luego de ser publicado el 25 de septiembre de 1967 y que en octubre llegara a las tiendas de discos, el 12 de enero de 1968 ya se había convertido en disco de oro. El suceso continuaba y demostraron que no eran una simple banda  que apareció por solo oportunismo en los anales del rock. En este LP, la banda estampó los nombres de todos sus integrantes en los créditos y en la elaboración de los textos apareció el nombre de Robby como fue el caso de “Love Me Two Times” y “You’re Lost Little Girl”. El ritual chamanístico de los oriundos de Venice Beach se explayaba en todo su espectro con “When the Music’s Over”, considerada como la nueva epopeya del conjunto al mismo nivel de “The End” de su primer LP. “We want the world and we want it now” (queremos el mundo y lo queremos ahora”), fue la frase que marcó esa sublime creación de compenetración mística entre ellos y el público.

Con “Horse Latitudes” destacó el poder poético de Morrison y el complejo acompañamiento que le dieron a una composición sobre la inmolación de los caballos a los que eran sujetos en los tiempos que los barcos españoles se quedaban atrapados en la zona ecuatorial cuando se transportaban para trabajar en el “Nuevo Mundo”. Aquel track fue tomado por muchos como un prólogo antes de cerrar la cara A del disco con “Moonlight Drive”, la primera canción que le cantó Jim Morrison a Ray Manzarek en Venice. “Probablemente la razón por la que decidimos no incluirla en el primer álbum fue porque, al ser la primera, no fue precisamente la mejor grabación que hicimos, así que la repetimos para el segundo álbum, pero yo todavía tengo la cinta original y suena de maravilla”, dijo Robbie Krieger en 1972.

En este disco, también, se dio la aparición de uno de los alter egos de Jim Morrison como es el ‘Lizard King’ y que fue ocupado en sus actuaciones como un interlocutor poético lleno de magia y arte, pero que más bien fue un medio en el cual canalizó ciertas frustraciones y desconfianzas que arrastraba desde la infancia. En los shows en vivo funcionó bien, pues se lanzó en varias ocasiones al público y realizaba un espectáculo en los cuales las primeras filas eran los que tenían que sostenerlo en su especie de trance. Sin embargo, el conservadurismo en Norteamérica no aceptaba estas conductas. El punto de ebullición de todo lo que podría lograr Morrison junto a los suyos en cuanto a las leyes morales llegó cuando se pararon en el escenario de Ed Sullivan Show con un promedio de 30 millones de televidentes. El momento tenía que ser sobresaliente y la CBS se negó a que Jim interpretara la letra original de “Light My Fire” y lo consideró un atentado contra su independencia artística y lo realizó tal cual como estaba hecho, cerrando cualquier oportunidad de volver al show, el cual no necesitaron a futuro, pues la atención del público ya la tenían gracias a ese espectáculo. “Quizás tengamos aspectos de chicos buenos, pero en realidad somos malos. Suscitamos en Jim la violencia. Muchas veces no se siente agresivo, pero la música lo empuja a ello”, declaró Ray en una entrevista argumentando el comportamiento en uno de los programas más populares en Estados Unidos.

«Strange Days» se convirtió en uno de los trabajos más psicodélicos y surrealistas de la banda californiana. Fue otra expresión de arte, ya que se dieron el tiempo de explorar nuevos sonidos que salieron de lo que era la esfera convencional de las expresiones musicales de aquellos años. El LP simbolizó también la lucha de la banda contra toda autoridad con un alter ego muy bien ejemplificado por Morrison quien se convertía en un ángel dionisiaco o un demonio según la situación de cada show en vivo. La política significaba mucho para Jim que siempre dio su opinión “políticamente no correcta” para la clase dirigente dominante de esos convulsionados años 60’, sembrando la semilla de una banda oscura, teatral y con un mensaje directo a las masas envuelto en música y poesía.

Bastián Cifuentes Araya

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *