«En Jirafa hay un motor que no se extingue y que es muy necesario para nosotros» – Entrevista con Alejandro Pino de Jirafa Ardiendo

«En Jirafa hay un motor que no se extingue y que es muy necesario para nosotros» – Entrevista con Alejandro Pino de Jirafa Ardiendo

Celebrar los veinte años de un disco, no es algo de todos los días. Más aún cuando la labor de mantener una banda activa a lo largo de los años ya es, de por sí, algo complejo. Pero Jirafa Ardiendo es un buen ejemplo de constancia, oficio y reinvención que se traduce en discos de sonidos diversos, nuevas búsquedas y canciones que siguen resonando con el pasar del tiempo.

Hoy, viernes 15 de diciembre en Sala Metrónomo, la banda se presentará para revivir uno de sus discos fundamentales, «Persona», en un concierto de larga duración que recorrerá la producción de principio a fin.

Para conversar acerca de este hito, de cómo vivió la banda el proceso de gestación de un disco tan relevante para el rock alternativo local y, también, para conocer más acerca de las motivaciones de la banda a lo largo de su historia, nos contactamos con Alejandro Pino, su vocalista.

-Harán un concierto especial para celebrar los 20 años del disco “Persona”; un disco importantísimo en el rock alternativo nacional y que sigue sonando muy actual. ¿Cómo ves ahora, después de todo este tiempo, todo lo que fue el proceso de composición mientras daban forma a este disco?

Creo que los procesos de Jirafa Ardiendo siempre han sido difíciles. Somos como una Campana de Gauss en donde partimos muy abajo, para subir a una cima y luego caer estrepitosamente porque algo sucede. “Persona” forma parte de uno de esos ciclos en el grupo; salida de muchos integrantes antes del proceso de composición; un esfuerzo enorme por reclutar gente que se sumara y encontrar un sello para distribuirlo (DBN). Se lanza el disco y, nuevamente, vuelven a salir integrantes de la banda.

Lo que nunca ha parado en Jirafa es la composición, y creo que “Persona” es un disco denso en ese sentido. Fue un disco complicado en vista que los procesos de Jirafa son muy lentos. Por eso mismo, creo que el álbum fue muy extenso para la época, ya que tiene 73 minutos de duración, que llamaron la atención en el momento. Quisimos que fuera así ya que había pasado mucho tiempo desde lo último que habíamos lanzado (3 años de diferencia desde “Siesta”, editado en 2000).

Este trabajo se caracteriza por venir de distintas cabezas y sentimientos; es esfuerzo comunitario de personas que no necesariamente estaban en el grupo al momento de publicarlo. A eso se le suma que nunca hemos sido como esas bandas que se juntan a ensayar y hacen cinco canciones. Creo que eso se mantiene hasta el día de hoy y que ese tiempo se refleja en que probablemente hacemos canciones mucho más complejas que las que hacíamos 20 años atrás.

-Me llama mucho la atención, y yendo directamente al plano musical de “Persona”, el vuelco hacia la electrónica que aplicaron en “Persona” con el uso de samplers y sintetizadores. Siento que en “Volcán”, por ejemplo, hay una buena muestra de aquello. ¿Cuáles fueron las motivaciones para ir por ese camino?

Tienes un buen punto ahí porque, cuando salió “Persona”, se tildó mucho como un disco de electrónica. Creo que es un muy buen “hijo de su tiempo”. Nosotros experimentamos harto con programas y aplicaciones que estaban recién saliendo en ese tiempo, y se puede notar en canciones como “Mastodonte” o la misma “Volcán”. Trabajábamos con la primera versión de Fruity Loops, que era algo como de juguete. Los sonidos que traía y cómo los usábamos era algo bastante extraño para esa época, por lo que nos vimos por primera vez sentados frente al computador para usarlo como una herramienta que generara sonidos. Hay teclados y todo, pero sí recuerdo haber estado muchas horas experimentando con el programa. Los drum and bass que se escuchan en “Volcán”, por ejemplo, aparecían en una aplicación que encontramos en la internet de fines de los 90s. Pero no es algo que haya nacido precisamente en 2003, sino que ya a fines de los noventa que estábamos trabajando en estas cosas. Hacíamos encerrones creativos de fines de semanas enteros en donde nos juntábamos a probar cosas, donde el desafío era cuál era el rol que le dábamos a estos elementos en Jirafa, ya que nosotros éramos una banda de guitarras, pero estas experimentaciones abrían un abanico compositivo para probar nuevos sonidos. Ya habíamos probado el usar vientos en “Siesta”, por ejemplo, o el acercarnos a estilos de música distintos como la bossa nova, el free jazz o el punk. Pero “Persona” recoge las influencias que habíamos recopilado hasta entonces. Recuerdo que a veces nos preguntaban cuáles eran nuestras influencias, y la respuesta siempre era “desde Mazapán hasta Dead Kennedys”.

-Sí. De hecho, creo que siempre he asociado el concepto de “jugar” al disco, por todos los elementos que van apareciendo

Y es algo que hicimos sin complejos; como pensando en la idea “esto es lo que tenemos para armar un plato de comida”. El sonido que aparece en el comienzo de “Mastodonte”, por ejemplo, es un efecto de Fruity Loops pero nunca pensamos en no ponerlo a pesar de lo densa que se vuelve la canción después. Era un contrapunto perfecto para una canción que después avanza hacia otro lado.

-¿Sintieron alguna presión mientras hacían su segundo álbum? Considerando todo lo que se menciona sobre lo “importante” y “definitorio” que son los segundos lanzamientos para una banda.

Creo que para contestar esa pregunta (que es muy bacán por lo demás) hay que ir un poquito más atrás. En términos concretos, “Persona” fue el tercer lanzamiento que tuvimos, ya que en 1998 sacamos un EP y en 1996 un demo que tuvo mucha repercusión y que sirvió para que muchas personas conocieran a Jirafa por medio de estos trabajos que no eran oficiales. Rolando Ramos, por ejemplo, nos puso en su programa en Rock & Pop con uno de nuestros demos. De ahí en adelante tuvimos la idea de expandir nuestro sonido pero seguir siendo nosotros.

Mucha gente no lo sabe, pero “Siesta” (2000) incluía un CD-ROM que tenía un menú oculto al que se podía acceder si se colocaba el disco en un computador, y hay 20 minutos más de música ahí que, quizás, han pasado desapercibidos para muchas personas. Por lo que acercarnos a “Persona” luego de ese ejercicio reafirmó la idea de querer seguir siendo nosotros; no repetirnos y seguir aprendiendo. Por eso el disco terminó siendo lo que es, lleno de sonidos, capas, con imperfecciones y aciertos. Nunca nos fijamos en qué cosas estaban de moda, y creo que nunca encajamos en el mainstream por decisión casi editorial. No nos interesó esa fama que a algunas bandas les resulta, pero nosotros nunca quisimos buscarla ni agrandarnos mucho, porque no nos salía natural. Siento que lo que hicimos posteriormente -y no quiero sonar grandilocuente- nunca quiso amoldarse a nada, ni tampoco complacer a nadie.

-Es muy valorable lo que comentas, y lo puedo asociar a otras bandas que se caracterizan también por el gusto de explorar, como Matorral o Electrodomésticos. Cuesta un poco encontrar bandas en donde cada disco suene diferente y que sean sinónimo de exploración

Sí. Los ejemplos que diste calzan perfecto y son artistas que admiramos mucho, además. Nos sentimos muy afines a esa forma de enfrentar la expresión. Es bueno ver que con el paso de los años se puede ver lo hecho anteriormente y aprender de eso. En ese sentido, se hará una remezcla de “Persona” que hace que el disco se escuche mucho mejor, aprovechando que está la tecnología disponible para resaltar sus frecuencias, capas y melodías.

-¿Qué se puede esperar para el show de celebración del disco y qué factores están resguardando para que se escuche tan bien como en estudio? 

Esta será la primera vez en que toquemos el disco completo, ya que ni siquiera para su lanzamiento lo hicimos. Hemos tratado de simplificar el show en términos de gente arriba del escenario. Queremos que el disco se pueda escuchar como en el CD; casi de corrido. Estamos usando pistas y músicos invitados. Lo que van a escuchar es lo más parecido a las canciones en disco. Sala Metrónomo nos da las garantías para que todo se escuche de la mejor forma.

-Tengo entendido que se viene un nuevo disco del que ya se conoce “Doce”, nuevo single que condensa muy bien la esencia de Jirafa y que creo es un buen ejemplo de la atemporalidad de su música. ¿Qué los motiva a seguir explorando compositivamente después de tantos años tocando? No es fácil sostener una banda durante tanto tiempo y es algo muy admirable

“Doce” habla de eso, precisamente. Se hace cargo de una pregunta que siempre nos hicieron, que tiene que ver con cómo seguimos adelante sin tener una gran base de fans o ser famosos. Hay una vocación por expresarse que nos mantiene andando y que no podemos evitar. La forma que tenemos para expresarnos es a través de la música. Mis primeras bandas fueron en el colegio y no me hubiera imaginado que los 52 iba a seguir en esto. Hay un motor que no se extingue y que es muy necesario para nosotros. Esto ha sido vital para los procesos que te comentaba hace un momento, en donde hemos situaciones muy difíciles como banda, donde nos hemos  armado yre-armado para poder seguir haciendo música.

 

Cuando volvimos a tocar en 2018, una de las condiciones era no vivir de la nostalgia. Si íbamos a volver, era para seguir expresándonos. Jirafa viene a reafirmar esa necesidad aún teniendo a veces muchas cosas en contra. Lo que hemos hecho desde entonces apela a esa vocación y necesidad. Es un disco muy variado y se parece mucho a “Persona”, ya que así es como yo veo a Jirafa, como exploradores lúdicos.

-Alejandro, para finalizar, quisiera hacerte una pregunta que se escapa un poco de lo musical, pero que tiene que ver más con lo conceptual y visual. Siempre me han llamado mucho la atención el arte gráfico de sus lanzamientos ya que, a mi parecer, pueden tener distintas interpretaciones. ¿Cómo ven este factor en su mundo creativo y cómo creen que complementa a su música?

Cada uno de los integrantes de la banda se ha hecho cargo del aspecto gráfico de las portadas en algún momento. En el caso de “Persona”, fue un concepto que planteé y pasó algo casi por azar. Nos dimos cuenta que había un atleta chileno, octogenario, que estaba ganando medallas pero que sólo La Cuarta se refería a él. Contactamos a Moisés Zamorano (el atleta en la portada) y resulta que era una de las personas que más medallas había obtenido en el deporte chileno. Ahí nos sentimos un poco representados en términos de que hay algo oculto siempre, y que nunca es descubierto.

Cuando sacamos nuestras primeras producciones, nunca nos preguntaban qué significan las canciones, por ejemplo. Todo quedaba guardado en una caja negra. Y Moisés Zamorano era lo mismo, ya que tenía una vocación fuerte. Quisimos darle el rol protagónico en la portada. En la imagen todavía no ha llegado a la meta. Está a punto de hacerlo, pero nadie sabe si va a ganar o no, aunque él siente que ya ha logrado algo en ese momento de la vida. Si se despliega el arte del disco tiene una gran cantidad de personajes, como un conejo, un atleta caído, un galgo, etc. Pero creo que tiene que ver con representar al ser humano dividido con todos sus fracasos y virtudes en una carrera que no lleva a nada. Es algo inconcluso, y todo está inconcluso también en esa portada. Tú puedes decidir qué pasa con Moisés; si ganó o no la carrera.

No es un concepto simple, pero nadie nos había preguntado esto antes. Esas preguntas no se hacen por lo general, y son parte fundamental de la expresión que te mencionaba hace un momento, ya que van más allá de las canciones. Con respecto a la representación e ideas gráficas de Jirafa, cada uno se va haciendo cargo en la medida que puede de la conceptualización artística. Hoy en día, quien caracteriza el aspecto gráfico de la banda es nuestro baterista, Seba López. En aquél entonces lo hacía yo pero porque tenía una máquina que me lo permitía a pesar de no ser diseñador, ya que soy periodista. Pero, para finalizar, es un proceso libre y muy exploratorio.

Sí. Siento que lo que comentas también se puede ver reflejado en sus letras, ya que no necesariamente todo lo que se menciona es explícito. Hay que poner de uno para entregarle un significado a lo que se escucha y dar con una interpretación

Es que ahí das en el clavo porque, en verdad, creo que nunca la hemos dado fácil. Y eso es parte fundamental de nosotros; cómo tú completas lo que te hace sentido. Recuerdo que para “Pulmonía” había una letra que no sabíamos qué significaba. Hicimos un concurso y entre los fans salió el nombre de la canción (“Espín”). Y cuando el fan propone ese nombre, la canción encuentra un sentido súper claro. Eso es muy importante; no ser pasivo a la hora de escuchar a Jirafa, ya que estamos incompletos. No todo tiene respuesta en nuestro mundo y no todo está cerrado. No somos un producto que está listo para verse en un mostrador.

-Bueno, Alejandro. Te agradezco mucho por tu tiempo y por esta conversación. Espero que salga todo bien con el concierto y el nuevo disco.

¡Muchas gracias a ti!

 

Javier Bravo

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