Incubus en Chile: El amor por los clásicos es más fuerte

Incubus en Chile: El amor por los clásicos es más fuerte

El regreso de los californianos tenía algunos sentimientos encontrados en gran parte de sus fans, pues con el paso de los años no hay duda que el gusto por Incubus se ha dividido un poco: entre los que gozan del rock más frontal y funk de sus inicios, y los que se han enamorado de la parte más romantica y pop de la banda (y de Brandon Boyd, claro está) con muchas canciones de corte meloso. «8», su nuevo disco, nos mostró a un Incubus con algo de apego por ese pasado rockero, aunque tampoco tan así como para decir que «regresaron a sus raíces».

Pero lo que sí fue amistad clara con sus raíces y clásicos fue el show de anoche, donde sí sonó una que otra balada y temas nuevos, pero que estuvo concentrado en sus grandes clásicos, con una tendencia enorme a «Morning View» y «Make Yourself», lo cual hizo un show que dio en el gusto por sus fans predominantemente mucho más encontrados con esas canciones de antaño. A diferencia de ese show en Maquinaria (lento, melancólico en exceso y hasta aburrido) esta vez Incubus nos dejó muy satisfechos con lo mostrado en el Movistar Arena.

Muy puntuales (incluso minutos antes de las 21.00 hrs.) y con el solo de batería de «Love in a Time of Surveillance» y con algunas lagunas sónicas que fueron mejorando, arrancaba la banda presentando desde ya este tema de su nueva placa, que adornaba la circular pantalla que sirvió de apoyo audiovisual. Con «Warning», los fans de ese gran «Morning View» solo tendrían uno de las tantos momentos de regocijo durante el show; «Nimble Bastard», era lo que seguía, single del nuevo disco, que tal como se suponía sonaría también. Canción de riffs y ganchera, como para ir prendiendo ánimos de lo que se venía.

«Anna Molly» es una que no falla y ahí estuvo, encendida total apoyada al ritmo de los aplausos de la multitud, que no alcanzó a llenar el Movistar, pero que sí lo hizo casi en su totalidad, creando un ambiente bien prendido a ratos. Brandon Boyd, como siempre, es el que se llevaba los chiflidos de las chicas mostrándose en muy buena forma (física y vocal). «Glitterbomb» y la furiosa «Megalomaniac» empezaban a desatar una de las primeras euforias de un público que estaba muy prendido y se iba encantando cada vez más con el show. Primera ovación en tono de rugido estremecía el Movistar.

Dj Kilmore y sus virtudes revitalizaban el show, tras sus máquinas y tornamesas bailaba y saltaba como loco. La gran «The Warmth» de Make Yourself sonaba para dar paso a la querida «Wish You Were here», que es un tremendo tema y siempre infaltable, pero que no sonó con la fuerza que hubiésemos querido la verdad, sino más bien fue el propio público que la hizo ser más grande. Un guiño al tema del mismo nombre de Pink Floyd y los saludos algo escuetos pero buena onda de Brandon, para seguir con «Pardon Me» y por acá sí que sonaba más poderosa la cosa.

‘Undefeated’, ‘Pantomine’, ‘Echo’ y Mike Eizinger dejándonos demostrado en contadas ocasiones porqué es uno de los mejores guitarristas del rock alternativo, con sus solos, sonidos atmósfera y salidas de libreto a cada momento. Tuvo su lugar en esta película de todas maneras. La alabada ‘Are You In?’ seguía causando el delirio y las imágenes de cohetes, galaxia, planetas y estrellas en pantalla se reunían con la gran «Stellar», otro himno que fue aplaudido y gritado de forma gigantesca. Uno de los mejores momentos del show acababa de pasar.

Los «oh, oh, oh, oh» se desataban y Boyd (ya mucho más entregado al show, sin polera y más confiado) lanzaba ‘No Fun’, en una versión corta y poderosa. ‘Nice to Know You’ nos regresaba a las bondades de «Morning View» coreado a todo pulmón. Desde distintas partes se vivía diferente el show, había sectores muy alucinados en cancha, otros no tanto, esa fue la tónica más o menos que nos dejaba el feedback de la gente. La maravillosa ‘Drive’ fue una de las mejores interpretadas para casi culminar un show plagado de grandes canciones.

Un Movistar modo luciérnaga, con todos los teléfonos encendidos aguardaba para el regreso de la banda tras su retirada, que no demoró mucho en llegar para ver a Eizinger interpretando el banjo en «Aqueous Transmission», el orientaloide cierre de «Morning View». ¿Bien elegida? Tal vez. Pero no podíamos reclamar mucho, salvo que «S.C.I.E.N.C.E». fue obviado en su totalidad.

Era difícil el set que propondría Incubus por lo planteado al inicio, pero esta vez sí que logró ser mucho más acertado que en ocasiones anteriores. Los californianos propusieron un manifiesto de su amor por una gran época en la banda (finales de los 90′ e inicios de 2000’s) y de paso nos dejaron momentos lleno de emoción y nostalgia.

Por Patricio Avendaño R.


Fotos: Jerrol Salas

Setlist:

Love in a Time of Surveillance
Warning
Nimble Bastard
Anna Molly
Glitterbomb
Megalomaniac
The Warmth
Wish You Were Here
State of the Art
Pardon Me
Undefeated
Pantomime
Echo
Sick Sad Little World
Are You In?
Stellar
No Fun
Nice to Know You
Drive
Encore:
Aqueous Transmission

Patricio Avendaño

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