Disco Inmortal: The Beatles – White Album (1968) (Segunda parte)

Disco Inmortal: The Beatles – White Album (1968) (Segunda parte)

White Álbum , disco 1:

Apple Records, 1968

Uno de los grandes aciertos de esta gran producción al revisar el tracklist, es la hegemonía con que se distribuyó el orden de las canciones, haciéndolo enriquecerse por su variedad musical y donde las composiciones de Lennon y McCartney se dividían muy bien dentro del recorrido del disco.

Con ‘Back in the U.S.S.R’ abre esta increíble aventura, una canción nutrida de todo el surf rock de los Beach Boys y que McCartney quiso interpretar a su forma, forma la cual luego hasta fue envidiada por el propio Brian Wilson, líder de los Beach Boys, quien siempre lidió internamente como conflicto personal con el tema de The Beatles, de quienes siempre se sintió superado. La historia de la canción hablaba de un mal viaje a la Unión Soviética de esos años, que incluso causó algo de polémica en algunos sectores acusando a la banda de propaganda izquierdista.

Back in the USSR:

Luego de esta gran apertura, toda la melancolía recae con ‘Dear Prudence’, un tema que inspira emoción desde sus primeros acordes, la letra, inspirada en su estancia en India y dedicada totalmente a Prudence Farrow, la hermosa chica (hermana de la actriz Mia Farrow), quien fue parte de la comitiva que llevó The Beatles hacia las tierras del Maharishi y que se mantuvo muy encerrada. De ahí la frase «Dear Prudence Won’t you come out to play?», también se comentó mucho de que su negativa a salir era miedo a supuestos acosos del Maharishi que decantaron en uno de los motivos que finalmente sembraron las dudas del grupo para dejar sus tierras.

Luego llega nuevamente un vibrante tema con ‘Glass Onion’, compuesta por Lennon y la cual hace un cruzado recuento de muchas canciones de The Beatles como «Strawberry Fields Forever», «I Am the Walrus», «Lady Madonna», «The Fool on the Hill»,  «Fixing a Hole», «There’s a Place», «I’m Looking Through You», y «Within You Without You», entre otras, parodiando así a los que tratan de buscar el más subliminal significado de las canciones de los de Liverpool.

Con ‘Ob-La-Di, Ob-La-Da’, llega el néctar puro del aporte de  McCartney, una canción muy alegre y basada principalmente en los frenéticos pianos. Esta canción quizá fue la gota que rebalsó el vaso en cuanto a diferencias compositivas de su contraparte Lennon, quien la tildó en su momento como  «mierda para abuelas de Paul», aunque contribuyó en la entrada de la canción, luego de un día de juerga y cambiando drásticamente el ritmo del piano.

‘Ob-La-Di, Ob-La-Da’:

Luego de la extraña pero clásica intermisión con ‘Wild Honey Pie’, llega la inocencia de «The Continuing Story of Bungalow Bill», inspirada en el legendario Buffallo Bill y donde la participación de Yoko Ono ya empieza a notarse.

Seguramente muchos concuerdan en que ‘While my Guitar Gently Weeps’  es lejos la mejor composición de Harrison junto a The Beatles, y desde las primeras notas ya empieza a fluir toda su emocionalidad, una canción que circunda la perfección. Imposible escucharla y que no cale hondo, sólo por su música. El solo de guitarra de Eric Clapton, uno de los pocos privilegiados que han tocado con The Beatles, es simplemente abrumador.

‘While my Guitar Gently Weeps’:

En ‘Hapinnes is a Warm Gun’, lo que más destella es su capacidad de cambiar ritmos, siendo una canción corta, pasa por varias secciones y la interpretación vocal de Lennon está al borde de lo sublime, hay partes recitadas brillantes y coros magníficos.

Mc Cartney nuevamente se hace presente como amo y señor en ‘Martha my Dear’ un tema muy british, para dar paso ‘I’m So Tired’, otra maravilla de Lennon, con coros que más tarde en su carrera solista se reconocerían como totalmente identificables, la canción fue fecundada también en su estancia en India, en noches que extrañaba a Yoko.

Y si de maravillas de Lennon hablamos, se da lugar a ‘Blackbird’, una grandeza de su contraparte Paul McCartney, una canción minimalista pero muy hermosa a la vez, con tomas prestadas de una clásica sección de guitarras de Sebastian Bach incluso y que con el canto de un pájaro cobra una atmósfera muy encantadora en su final. Luego le sigue la teatral ‘Piggies’, de Harrison, otra de sus notables contribuciones al álbum. Le continúa la inusual y muy country ‘Rocky Raccoon’ de McCartney.

‘Blackbird’:

La primera composición de Ringo con ‘Don’t pass me by’ , una canción muy arriba anímicamente  y que curiosamente denota un gran plus en la voz del propio Ringo, voz que de alguna manera difiere bastante de los otros miembros de la banda y eso la hace tener su grado especial, también la incursión del violín de Jack Fallon es grandiosa, quien usa el instrumento con una carga positiva notable para lo que el tema requiere.

Sin mucha lírica que expresar llega ‘Why Don’t We Do It in the Road?’, muy rocanrolera y compuesta por McCartney en las voces, quien logra esforzar casi al máximo su poder vocal en pos de una agresiva interpretación. Luego la maravillosa ‘I Will’ suena impecable nuevamente en voz- esta vez muy suave- de McCartney, otra que se engendró en las vacaciones en Rikishek.

Cierra la primera entrega, o el primer disco más bien dicho, la memorable pieza acústica de Lennon llamada ‘Julia’, que es dedicada su madre, quien perdió la vida atropellada por un oficial de policía ebrio cuando John tenía 17 años, acontecimiento que sin duda marcó la vida del gran ícono y sensibiliza aún más al escuchar las bellas melodías de esta canción.

‘Julia’:

Ir a la tercera parte, Disco 2

 

Patricio Avendaño

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