Bestiario del Ruido: Resistencia desde la autogestión

Bestiario del Ruido: Resistencia desde la autogestión

La importancia del registro en el arte (sea este de cualquier tipo) es fundamental para mantener viva la memoria y, por consecuencia, dejar constancia de los distintos trabajos realizados a través del tiempo. Si hablamos de música nacional, son incontables las bandas y escenas que se han generado en las últimas décadas, explorando la creatividad por medio de diferentes géneros musicales. Pero a veces se encuentran puntos en común que van más allá de lo sonoro, y que se conectan con ideologías y políticas de trabajo. Esta última idea es la que Susana Díaz proyecta con “Bestiario del Ruido”, documental enfocado en algunas de las bandas y artistas más relevantes del “under” chileno, pasando por los años 80 hasta la actualidad.

Este trabajo audiovisual fue concebido originalmente como una serie dividida en nueve capítulos correspondientes a los artistas que protagonizan el filme: Familea Miranda, Asamblea Internacional del Fuego, Colombina Parra, Dadalú, Marcel Duchamp, Tercer Subterráneo, Malcorazón, Gangrena Surf y LEM. Sin embargo, hay un nexo que unificaba todos los episodios y que permitió dosificar todo en un largometraje: la autogestión y la independencia.

Por medio de registros de presentaciones en vivo, entrevistas y material de archivo, se va trazando una línea que mezcla géneros como el hardcore, la música ambient/experimental, el punk y la electrónica. Pero a su vez, la línea también muestra la relevancia de la amistad al momento de mantener activo un proyecto, los malos tratos ejercidos por la industria musical de décadas pasadas, el descontento con la prensa y la convicción para trabajar a través de los medios propios.

Es interesante ver los testimonios de músicos como Katafú (Familea Miranda), que son manifiesto de la idea de emigrar del país para poder explorar, conocer y alcanzar oportunidades que aquí no se dan; el descontento de Dadalú con la etiqueta de “emergente” a proyectos que, a pesar de llevar años activos, son catalogados bajo esta categoría por no ser masivos; la aceptación de Emilio Fabar y sus compañeros de banda para poner fin a Asamblea Internacional del Fuego, y sus anécdotas de giras; la determinación de Cathy Lean para revivir Malcorazón acompañada por su hijo, a pesar de las adversidades y malos ratos vividos cuando en la etapa clásica de la banda, y todo el material que condensa este trabajo que es más que recomendable para quienes gustan de ir más allá de la música y adentrarse en la historia de los artistas que la ejecutan.

Si bien no hay una línea narrativa que indique un final en el documental (al ser una mezcla capítulos, como se menciona anteriormente), lo expuesto en cada episodio lograr generar la sensación de llegar a resoluciones independientes con las bandas/artistas que forman parte de este trabajo. Aún así, los registros dejan la puerta abierta para que uno haga un trabajo personal de búsqueda para conocer más aún acerca de la actualidad y del futuro musical de todos quienes forman parte de «Bestiario del Ruido».

Creo con firmeza en lo indispensable que es reconocer y posicionar trabajos como el realizado por Susana Díaz, ya que se sabe lo ingrata que han sido los medios con el acontecer musical nacional que se aleja de radios o contextos masivos, y obras como este documental se encargan de darle la pelea a esta realidad. Lo bueno, es que ya hay una segunda parte anunciada, y que de seguro rescatará la obra de otros grandes exponentes de la escena under chilena.

 

Javier Bravo

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