Enslaved-«Heimdal» (2023): metal sin límites

Enslaved-«Heimdal» (2023): metal sin límites

Si hay algo que ha caracterizado a Enslaved durante toda su carrera es la búsqueda constante de nuevos horizontes. Aunque pueden ser reconocidos como parte del movimiento de black metal gestado a comienzos de los años 90’s en Noruega, lo cierto es que al igual que varios de sus compatriotas como Ulver, Emperor y Borknagar, el hilo conductor de su producción musical es la experimentación, incluso dentro de los confines iniciales de los blast beats y el trémolo avasallador de guitarras y bajos, Enslaved procuraba agregar toques de rock progresivo, teclados y orquestaciones (simples, pero el intento estaba ahí).

Su álbum #16, lanzado a comienzos de marzo, llamado “Heimdal” (con una sola “L” al final), no hace sino confirmar que el sello de la casa es la mezcla de diversas influencias, procurando mantener una base sólida y cuando son requeridas, voces guturales, para no olvidar que se está escuchando un disco de metal. En este disco las influencias más notorias están en Voivod y King Crimson, incluso hay vocalizaciones similares a lo que hace Mastodon; piezas que escapan los confines del compás de 4/4, acentos en los momentos menos esperados y una gran cantidad de solos de guitarra sorpresivos, lanzados sin aviso contrarios a la fórmula de verso/coro/puente de la mayoría de las canciones convencionales y que incluso se sigue usando en el rock.

“Behind the Mirror” y “Congelia” abren el álbum, en el caso de la primera canción los efectos sonoros parecen anunciar un pequeño desembarco, un cuerno vikingo da aviso del arribo, ¿Regreso o invasión? Imposible saberlo. Por su parte “Congelia” es una canción más oscura, agresiva y asfixiante, pero que en medio de ese caos, el teclado se vuelve un personaje que intenta escapar de ese caos.

“Caravans to the Outer Worlds”, aunque ya había sido lanzada en 2021, en un EP con el mismo nombre, es una de las canciones más feroces del álbum, a la par que “Kingdoms”, ambas demuestran la enorme capacidad musical y física del baterista Iver Sandøy, quién se unió de manera permanente al grupo en 2018, luego de haber participado en las producción de los álbumes desde 2010.

La variación en los distintos enfoques en cada canción en “Heimdal” brinda una experiencia fluida a la vez que única para cada porción del álbum. La diversidad de las voces limpias de una canción a otra es fantástica, no en el sentido de que se sienta como si hubiera un vocalista diferente en cada pista, sino en cómo se usan las voces y se elaboran los arreglos.

El legado de Enslaved está cementado en su vasta producción musical. Hay un álbum para cada gusto esperando a ser descubierto: “Vertebrae” con su toque post-rock, “Axioma Ethica Odini” con su doom revolucionado, “Monumension” y sus exploraciones de mundos paralelos y terroríficos, o “E” quizá el más cercano al rock progresivo de los años 70’s que además hace la pregunta más importante en su bonus track “What else is there?” un cover del dúo electrónico Röyksopp.

Ricardo Mora

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