Y finalmente ha llegado el día de estreno de este, de alguna manera, sorpresivo nuevo…
Ozzy Osbourne, «Patient Number 9»-(2022)
Epic Records, 2022
Hoy nadie podría cuestionar la resistencia del Príncipe de las Tinieblas. A pesar de los continuos problemas de salud y de que tanto el legendario rockero como sus fanáticos entendieron que cualquier día podría ser el último, Ozzy Osbourne sigue adelante.
Patient Number 9, duplica el espíritu del rock y el metal, en cuanto a la colaboración en comparación a su anterior álbum Ordinary Man, ya que Osbourne se mezcló con luminarias del mundo del pop, pero este último álbum lo reúne con algunos de los mejores guitarristas del género. Algunos nombres son más familiares, con Zack Wylde y Tony Iommi contribuyendo en múltiples pistas. Otros sorprenden más, como Mike McCready, Jeff Beck, Eric Clapton y el recuerdo innegable del fallecido Taylor Hawkins, baterista de Foo Fighters, el que está presente en 3 temas del álbum. No podemos dejar de lado los bajistas, como el siempre el leal Robert Trujillo y el ya mítico Duff McKagan.
Cualesquiera que sean las dolencias físicas que pueden ralentizar a Ozzy, lo que podría ser más impresionante es cómo su timbre vocal característico sigue siendo increíblemente fuerte. Las pistas de Patient Number 9 están bien escritas, bien arregladas y bien interpretadas, y están en línea con lo que los fanáticos esperan del héroe del heavy metal.
La introducción temática de terror de la canción de apertura y la canción principal, Patient Number 9, prepara la escena, con gritos de ayuda y risas maníacas, antes de que las guitarras pesadas y los tambores reflexionen y exploten. Ozzy suena sorprendentemente original, cantando sin esfuerzo en su timbre habitual. En el punto medio de este gigante de siete minutos, hay un solo fantástico, interpretado nada menos que por Jeff Beck.
Mike McCready, miembro de Pearl Jam, es el guitarra líder de Immortal. Riffs hard rock/metal directo, contundentes, con potentes guitarras dobladas, Duff McKagan de los Guns en el bajo y un Ozzy afirmando que es inmortal, que puede volar mientras la gente duerme, parte de la letra corrobora su ideal, Ansias de vida eterna/Me puedes enterrar bien profundo que da igual/Soy inmortal.
Otro punto alto del álbum es, No Escape From Now, hay mucho de qué emocionarse con el regreso de la pareja Ozzy/Tony Iommi. Eludiendo cualquier cosa remotamente Sabbath (de hecho, la pista más parecida a Sabbath es Evil Shuffle dirigida por Wylde), Iommi en cambio trae esa sensación de peso y seriedad que suena prácticamente apocalíptica, oscura, fiel a su estilo desde sus inicios.
Uno de los temas más llamativos es One of Those Days, ya que nadie habría pensado en juntar a Ozzy y Eric Clapton mostrando su veta de genios, Slowhand no es conocido por sus riffs metálicos. Afortunadamente, su tono distintivo es reconocible al instante, pero aquí se le da una sensación más gótica que trae elementos de ‘Dream On’ de Aerosmith con un rock sureño pantanoso.
Evil Shuffle, comparte algunas similitudes bastante notables con ‘War Pigs’, sobre todo en los riffs iniciales, es el tema más Sabbatico del álbum, incluso en los solos recuerda la aventura del príncipe y su era con Randy Rhoads, no es de extrañar dada la idolatría de Zakk Wylde por Ozzy y Black Sabbath.
Degradation Rules, es una pista pesada impulsada por riffs que permite que Ozzy se suelte, mientras está respaldada por algunos grandes solos de Iommi, además Osbourne saca su armónica, un rayo sónico que instantáneamente transporta la pista a otra época, cuando Sabbath y el metal estaban en sus primeras etapas de blues. Dentro de ese sonido extrapesado, el cantante ofrece algunos comentarios burlones sobre la masturbación y la pornografía.
Ozzy se aferra a no morir y nos trae un disco decente, nostálgico y esperablemente estático, donde demuestra que esta en sus batallas mas duras para seguir en los escenarios. Osbourne está en la línea de la mayoría de los veteranos metaleros en los últimos años; lejos de su mejor momento de apogeo, pero de ninguna manera vergonzoso u ofensivo para el legado creado en él.