“Room on Fire”: The Strokes y el placer de dejarse querer

“Room on Fire”: The Strokes y el placer de dejarse querer

RCA Records, 2003

The Strokes es una banda extraña. No venden miles y miles de discos pero todo el mundo que gira en torno a la música siempre está pendiente de ellos. Julián Casablancas debe ser uno de los tipos más mediáticos del ambiente, logrando salir en la Rolling Stone a pesar de que cosecha tempestades entre la prensa que comenta música. El disco debut Is This It les había dado ese aire de superstars, y al aparecer Room on Fire la duda era saber si podrían despegarse de ese éxito fulminante o caerían en el letargo de la fama rápida, quedándose como una buena banda que no logró sobrevivir al segundo disco.

Como todo en The Strokes es muy estudiado este segundo disco debía enfrentar una pregunta vital: despegarse o no del éxito que trajo is This It; en cada tema vamos descubriendo que hubo esfuerzos, señales, pero nada más. De todas maneras, el trabajo realizado en Room on Fire es súper bueno porque estampó algo que se afianzaría con los años: la innegable capacidad adictiva que generan los temas de The Strokes. Ante eso, ni el más duro detractor encuentra argumentos.

Room on Fire mantiene el sonido de Is This It pero muestra más matices, producción más diversa, segundas voces. La crítica lo definió como un trabajo más “electrónico” que el primero, pero que volvía al camino conocido de vez en cuando. Es decir, fueron más originales, pero no se atrevieron, o no quisieron, despegar del todo.

‘What Ever Happened’ es un buen comienzo porque engloba todo lo que encontraríamos más adelante. Con ‘Reptilia’ el disco explota, convirtiéndose con los años en canción ícono de la banda, tocada hasta el hartazgo en fiestas y bares porque logra un ritmo que te hace gritar, te da una euforia que hace transformarla en tu favorita e imprescindible dentro del setlist. ‘The End Has No End’ sigue lo anterior siendo incluso más pegajosa, mientras que ‘I Can’t Win’ nos muestra un solo memorable, quizás dentro del disco sea el mejor riff, y eso ya la hace sobresalir por sí sola, le da un toque más adulto.

Hubo algunas sorpresas también, como es el caso de ‘Automatic Stop’, bastante reggae, o ‘Under Control’, un tema que fue construido de manera inteligente, con toques clásicos pero a la vez más modernos o de cierta frescura, pero sigue la línea de clavar el estribillo pegajoso que no te hará sacarte de la cabeza a la banda de Casablancas.

Room on Fire ya cumplió más de 15 años años desde su lanzamiento. Tuvo en su momento críticas positivas, siendo un disco escuchable, que marcó una transición entre los Strokes exitosos a la primera, a los Strokes que querían proyectarse hacia el futuro. La creación del mismo no quiso despegarse del todo de Is This It y pensándolo bien, fue una buena decisión.

Macarena Polanco

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