Cancionero Rock: «No Surprises» – Radiohead (1997)

Cancionero Rock: «No Surprises» – Radiohead (1997)

Pese a que hay muchas canciones digeribles y «oreja» de la banda británica, una que no es tan archiultraodiada por Thom Yorke es ‘No Surprises’, pese al tono comercial que ciertamente no es de las del gusto mayoritario del cantante. Es más, esta canción es querida por el músico, aunque dice que lidió con ella y que ese esfuerzo le mereció respeto: “Pasé mucho tiempo tratando de no hacer voces como la mía. Las voces de ‘Karma Police’, ‘Paranoid Android’ y ‘Climbing Up the Walls’ son todas personas diferentes. ‘No Surprises’ es una de las que traté de mantener esa premisa, pero no pude», confesó. Por su parte el bajista Colin Greenwood lo ha dicho: «‘No Surprises’ es nuestra canción ‘amigable con el estadio’. La idea era: primero asustar a todos con ‘Climbing Up the Walls’ y luego reconfortarlos nuevamente con una canción pop con un coro que suena como una canción de cuna».

Thom Yorke presentó al resto de la banda esta canción en su camarín en Oslo, Noruega, luego de un concierto de apoyo a R.E.M. el 3 de agosto de 1995. Más tarde, la letra se reescribió y se agregó una nueva melodía con el característico glockenspiel. Yorke dijo a la revista Humo el 22 de julio de 1997: «Queríamos que tuviera la atmósfera de Marvin Gaye. O ‘Wonderful World’ de Louis Armstrong», constatando nuevamente esa mirada que ha puesto al componer su estructura melódica en los masters del soul y jazz.

Pero el cantante usa ciertas fórmulas para llevarla a algo interesante en vivo: «No Surprises» debe tocarse de cierta manera para que funcione en vivo. «Si lo tocas bien, es jodidamente dark», dijo. «Pero es cómo actuar. Estás a punto de estropearla por completo, por lo que no lo haces. Es solo que las letras son muy oscuras. Cuando la tocamos, tenemos que hacerlo despacio. Solo suena bien si es frágil».

El video, dirigido por Grant Lee, es una toma continua de Yorke, que está atrapado en una cámara de agua que se llena a mitad de la canción. La idea es darle un tono asfixiante hasta el filo del peligro pese a lo angelical que suena el tema (pero que en su letra contiene una amarga angustia con ganas de explotar) Yorke aguanta la respiración durante casi un minuto antes de que el agua retroceda, momento en el que se queda sin aliento y continúa cantando la canción, pero, sin embargo, se alcanza a ver esbozar una sonrisa liberadora desde ahí en adelante.

Y claro, como Radiohead en Ok Computer nos regala un concepto, la metáfora de la letra acá conjuga con la del pez en el tazón, que «piensa» (en realidad, no piensa en absoluto: ese es el punto) solo sobre comer la comida que le arrojan las manos superiores y sobrevive; el resultado es una vida aburrida y sin sentido, lo mismo que el hombre contemporáneo común, que solo piensa en ir a trabajar por la mañana para comer (sin saber o pensar por qué lo está haciendo), cenar y seguir viviendo de esta manera, sin preocuparse sobre las cosas que los poderosos (económicos/políticos) deciden por él y le hacen a su vida. Es decir, una víctima del capitalismo que está dispuesto a seguir los patrones establecidos. Un ejemplo más nítido es que antes de «liberarse» de ello, en el video además de casi ahogarse, Yorke tiene una apariencia muy robótica al cantar, como si se hubiese transformado en una máquina, como lo que clama en la primera estrofa de este tema (un corazón lleno como un vertedero, es decir nos sentimos «llenos» pero de basura, antes decir todo lo demás de forma mucho más evidente ). Al final todo es un real llamado a conciencia.

Un corazón lleno como un vertedero
Un trabajo que lentamente te mata
Contusiones que no sanarán
Te ves tan cansado, infeliz
Derribar al gobierno
No hablan, no hablan por nosotros.
Tomaré una vida tranquila
Un apretón de manos de monóxido de carbono.

Por Patricio Avendaño R.

Patricio Avendaño

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