Derramando sangre, vísceras y death metal: el camino de Cannibal Corpse a Metal Attack II

Derramando sangre, vísceras y death metal: el camino de Cannibal Corpse a Metal Attack II

Los oriundos de Florida desde que irrumpieron en la escena del death metal con el poderoso ‘Eaten Back to Life’ (1990) no solo dieron que hablar por lo brutal de su música, sino por el arte que cubría las caratulas de la banda. En la portada del disco aludido veíamos un cadáver despedazando su piel y huesos por sí solo. El EP «Hammer Smashed Face» fue igual de explicito, como la música. ¿Quién fue el responsable de esos macabros dibujos?, Vincent Locke, un ilustrador de comic reconocido por su trabajo en ‘Deadworld’ y que trabajaría con la banda a lo largo de su carrera ilustrando muchas de sus características portadas.

Mientras Chris Barnes fue el vocalista de la banda en ‘Eaten Back to Life’ (1990) ‘Butchered at Birth’ (1991) ‘Tomb of the Mutilated’ (1992) y ‘The Bleeding’ (1994). Cannibal Corpse se consagró como un acto perpetuo del death metal americano que a su vez veía en bandas como Obituary y Deicide, una continuación del éxito del sonido que fraguó Chuck Schuldiner junto a Death. Pero no fue hasta la edición de ‘Vile’ que Alex Webster (bajo y líder compositivo) no vio mermadas las posibilidades de continuar con el éxito que iba logrando Cannibal Corpse a pasos agigantados.

Chris Barnes dejó la banda por diferencias con sus compañeros y el trabajo de conseguir un vocalista con esa impronta parecía ser un gran desafío, sin embargo George «Corpsegrinder» Fisher, hasta entonces vocalista de Monstrosity (otra leyenda del death metal) tomó la posta y consiguió junto a Cannibal Corpse continuar con una carrera que estaba marcada por muy buenos discos y grandes canciones.

Basta escuchar canciones como ‘Devoured by Vermin’, ‘I Will Kill You’ o la hiper pesada y taquilla ‘Unleashing the Bloodthirsty’ del álbum ‘Bloodthirst’ (1999) para comprobar que la originalidad y fuerza de los riffs de la banda seguía marcando pauta en el death metal mundial. ¿Los responsables? La dupla de Jack Owen y Pat O’Brien a cargo de las guitarras de la banda en ese periodo, que solo demostraba que la carnicería death no tenía fecha de vencimiento.

Durante el nuevo milenio Cannibal seguiría facturando piezas esenciales de crudo y visceral death metal, si bien el blast beat, esa técnica que amasan algunos bateros para demostrar su destreza en este exigente género, en Cannibal Corpse nunca fue necesario ocupar ese recurso para tocar un estilo marcado por la guitarras veloces y pesadas, la banda vio en Paul Mazurkiewicz una suerte de Phil Rudd y con ello tenían lo suficiente para seguir marcando quien es el dominador absoluto del género.

Algunos vieron a Morbid Angel caer en un abismo en ‘Illud Divinum Insanus’ (2011) otros vieron como Obituary en 1994 trató de ser Sepultura con «World Demise», sin embargo no hay un disco en el que Cannibal Corpse trató de ser otra cosa que no sea Cannibal Corpse, repetitivo para algunos, consecuencia e integridad para muchos, todo en una discografía que, incluso ya conoce de nuevos clásicos, para algunos su disco ‘Kill’ (2006) es una nueva reinvención del sonido que Webster y sus compañeros licenciaron en los lejanos años 90’, sin embargo en ‘A Skeletal Domain’ (2014) los americanos muestran un dominio de cirujano con su arte, uno que muchos en el mundo han tratado de copiar pero que jamás igualaron.

La banda se presenta el próximo 26 de septiembre en el marco de Metal Attack, en una cita de las más brutales que hayamos recibido en Chile junto a Napalm Death, Destruction y los nacionales Recrucide.


Por Nelson Silva A.

Nacion Rock

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