Franz Ferdinand en Chile: Cuando el fuego se sale de control

Franz Ferdinand en Chile: Cuando el fuego se sale de control

Los escoceses se anotaron con uno de los shows más vibrantes del año

La gente no olvida. O a lo mejor puede que algunos sí. Muchos de los que asistimos anoche teníamos en la retina el antecedente claro de que Franz Ferdinand es un negocio redondo para pasarlo bien. Oportunidades en Chile para constatarlo sobran, pues con esta ya son SEIS veces que la banda escocesa pisa suelos nacionales, contando participaciones en Lollapalooza (2013), dos shows en el Movistar Arena (2010 y 2014), un debut en el Estadio Nacional en 2006 y esa extraña pero contundente participación en el Festival de Viña en el mismo periplo. En todas ellas ha habido momentos de atesore, pese que los públicos han sido de alguna manera distintos.

Con más de 10 años de distancia de su enorme debut, los clásicos que han acumulado de esa visita y de ese triunfal primer disco y alguno que otro en los venideros son su gran carta de triunfo, pues ayer, en el Teatro Caupolicán que llenó toda su capacidad para recibirlos, los escoceses hicieron mella de eso y más en un show al borde de lo incendiario, que a diferencia de una tibia entrega en 2014, esta vez sí que supo conectar muy bien con la audiencia gracias a la cantidad de éxitos de la banda más las canciones de su reciente disco, por cierto, muy bien recibidas. No cupo duda, la banda, lejos de estar en decadencia como se pensó hace un par de años, demuestran que están en un gran momento y redefiniendo su sonido.

Alex Kapranos es un tipo querido, pese a que el carisma no desborda de su personalidad a raudales, sabe cómo tratar a sus fans y desde un inicio, arrodillándose y haciendo reverencias ante este teatro colmado,  hasta proporcionar energía con saltos y sus dotes dance, se ganó la retribución de un público sediento de ganas de seguirlo para bailar y rockear . Fue ‘Glimpse of Love’, reciente single para el arranque, seguida de ‘Lazy Boy’ (otra cosecha 2018) y ‘ No You Girl’ del ‘Tonight» para sucederle. Hasta ahí la respuesta del público auguraba grandes cosas para la jornada, pero cuando el turno fue para ‘Do You Want to’ aquel hitazo del debut o la conmovedora ‘Walk Away’, la cosa empezó a bordear locura desde cancha a plateas, y las palmas, saltos y por qué no decirlo, mosh, se empezaba a apoderar del teatro. Quizá es la marca de este recinto tan querido también, la energía que se provoca ahí a veces es impresionante y los escoceses lo aprovecharon al máximo.

Con integrantes nuevos respecto a su anterior pasada y sin el histórico Nick McCarthy, el grupo se ve con bríos renovados. Hubo una constante en el set por las canciones nuevas, de hecho, como queriendo demostrarlo y defenderlo. Kapranos nos preguntaba insistentemente como enajenado si «Sentíamos amor esta noche», antes de interpretar otra del nuevo disco: ‘ Feel the love Go’, que se sumaría a un reparto de 7 canciones de aquel álbum en su show. ‘Always Ascending’, el tema que da nombre al disco, por supuesto que también fue la partida: un tema con un ritmo hipnótico, groove discotequero y una fuerza en batería que sube los ánimos por donde sea y que en vivo funciona perfecta. El aporte enorme de Paul Thomson para darle ritmo en las percusiones a una banda llena de feeling es importantísimo. Anoche brilló.

Una tripleta dorada como ‘Michael’, ‘Take Me Out’ o ‘Ulysses’ iban dejando colores vívidos cada vez más a esta fiesta, antes de la primera despedida. Ferdinand hizo solo un encore pero más que contundente, cuando llegaba el aviso de Kapranos que solo una más sonaría todo fue un engaño, el final llegaba con ‘Slow Don’t Kill Me Slow’, la mencionada ‘Always Ascending’, ‘The Fallen’, ‘Outsiders’,  y la siempre  incendiaria ‘This Fire’,  muy bien elegida para el cierre, con una extensa versión donde Kapranos se dio el lujo de mandar al público a acostarse en el suelo dominando por completo la situación. La línea del coro “This fire is out of control / I’m gonna to burn this city, burn this city!” sonaba ensordecedora  a punta de muchos pulmones inflados cantándola.

Sólo la música ganó anoche y eso fue importante, juegos de luces de libreto y un telón simple de fondo apoyaron ese «agregado adicional”, al concierto, pero la verdad es que las guitarras y la energía orgánica del grupo transmitida fue la que nos tuvo en constante atención y emociones. Vibrante y entretenido regreso.

Por Patricio Avendaño R.

Fotos: Jerrol Salas

Patricio Avendaño

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