Los Mejores 51 Discos de Rock Chileno: del 51 al 41

Los Mejores 51 Discos de Rock Chileno: del 51 al 41

pateando craneos

Pateando cráneos

2X
2000, Big Sur

51. Hasta finales de los 90, pocas tendencias musicales del mainstream tenían una respuesta en tiempo real en suelo patrio. Hasta que irrumpió el nü metal. Este crossover, tuvo en Chile a uno de sus exponentes latinoamericanos más codiciados: 2X, y a su debut, Pateando cráneos, como uno de los discos fundamentales del subgénero y de una generación que aún tenía cuentas pendientes con el dictador. Musicalmente, los de Recoleta tomaron la posta que había dejado Rage Against the Machine, una fusión entre el groove del funk, el metal de trazos gruesos y el rap suburbano, con un trío de músicos coléricos que rozaban el virtuosismo, y un emcí que disparaba rimas llenas de ira y rebeldía, incendiando las programaciones radiales de aquel entonces. ‘La fuerza policial’ y ‘A romper la calma’ fueron dos himnos adolescentes que encantaron a la generación de inicios del siglo XXI, quienes –quizás- iniciaron sus posturas políticas gracias a este disco._ C.T.

doble-opuesto

Doble opuesto

La Ley
1991, Polygram

50. Que el disco comience con un firme patrón rítmico no es casual. Desde el primer minuto la banda nos invita a desprejuiciarnos a la pista de baile, pues, a pesar de todo, la dictadura ha acabado. El combo conformado por Clavería y Rojas en batería y bajo, adquiere dimensiones estelares con las atmósferas y performances sonoras de Bobe y Cuevas en una fórmula que se afirma canción tras canción. El disco puede ser adolescente y profundo, un manifiesto perdido en el tiempo y el espacio (viajar desde ‘Doble opuesto’ a ‘En lugares’, de ‘Prisioneros de la piel’ a ‘Desiertos’ es un placer onírico). Doble opuesto es una pieza sonora fundamental en meses en que el país se abría camino a la década del 90, sin entender muy bien esto de la libertad y la transición tutelada. Un disco bisagra entre dictadura y democracia. Entre tradición y modernidad._ C.R.

sinergia

Sinergia

Sinergia
2001, Independiente/Sello Azul

49. Cuando escuchamos por primera vez el disco debut de Sinergia, en 2001, a varios de los viudos de Mr. Bungle y el universo Patton nos apareció una sonrisa en la cara. Es cierto, el virtuosismo y el sonido logrado por Spruance, Dunn y compañía estaba a otro nivel, pero en el espíritu y en la propuesta estética, Sinergia entregaba algo que para nosotros era suficiente: un funk rock freak, nerd, de riffs más pesados de lo habitual, con un frontman tremendamente carismático, y una banda de ejecución limpia, potente y de gran sentido del humor. Antes de convertirse en la institución que hoy son, y gozar del beneplácito del mainstream haciendo música nada fácil al oído, Sinergia ya hacía gala en este disco de letras divertidas (‘Chilerobot’, ‘Mi auto’), y relatos de lo cotidiano (‘Concurso’), pero todavía exudando independencia, vocación de nicho y “metal-pájaro” en su forma canónica (‘Chupatrón’). En 2001, Sinergia llenó un vacío importante para nuestra generación, y eso siempre lo agradeceremos._ F.G.

daybreak

Daybreak

The Ganjas
2007, Algo Records

48. Daybreak cautiva con argumentos propios, al mezclar con notable naturalidad sonidos de escaso maridaje: rock alternativo de vocación más ruidosa, en línea con The Jesus & Mary Chain, o cosas más actuales como Black Rebel Motorcycle Club, pasando por un envolvente dub, y agregando atmósferas espaciales a la Spiritualized o el The Verve de los inicios. Daybreak nos lleva por un viaje lisérgico que oscila entre la buena onda y el relajo, cortesía de los momentos más dub del disco (‘Out of Heaven’) con momentos guitarreros de exquisita factura (‘Sonic Redemption’, ‘Frío ni calor’). Un disco que es punta de lanza entre todos aquellos que, en Chile, cultivan el rock alternativo con inspiración sicodélica y noventera._ F.G.

derrumbe y celebracion

Derrumbe y celebración

Tenemos Explosivos
2012, Bolchevique Records

47. Derrumbe y celebración fue una sacudida, un remezón en base a letras llenas de símbolos y una interpretación vocal a la que estamos poco acostumbrados en Chile. Tenemos Explosivos llevó las crudas melodías del post-hardcore hacia un sonido más pulcro, en base a su riqueza musical y artística, pero sin abandonar lo inquietante y descarnado del estilo, además de ser un nuevo símbolo para abrir camino a un género que lleva años resignado al under. Un disco pesado, y a primera oída un tanto complicado, que al igual que una buena película, no basta con mirarla una vez. Cortes de grandes metáforas como ‘Un banquete para Tiestes’ o ‘La viuda de Namir’, son un claro ejemplo de que Eduardo Pavez, su frontman y letrista, no tiene problemas para experimentar y empujar los límites de lo que significa escribir una canción política: entregando una narración visceral, pero a la vez cerebral. La capacidad de contar historias, de evocar la memoria colectiva, de manejar los tiempos y volúmenes para transmitir imágenes de sentimientos como la soledad, la tristeza, el amor o la rabia contra el sistema, es lo que hace de este disco un indispensable._ H.V.

los peores de chile

Los Peores de Chile

Los Peores de Chile
1994, Iguana Records/BMG

46. La fórmula exitosa de este disco residió, sin duda, en la fusión de tres elementos: punk rock frontal, blues y rockabilly. El gran Mario «Pogo» Carneyro, un hombre que ya llevaba varios años de bagaje en España y que vuelve a Chile para ser parte de Fiskales Ad-Hok, prontamente reúne a un grupo de músicos, fusiona estos estilos y los hace explotar juntos en un disco que, con el paso de los años, ha adquirido una especie de carácter de culto. ‘Síndrome Camboya’, himno de una generación, la divertida y ganchera ‘Chicholina’ o ‘Hollywood Boulevard’, fueron hits radiales indiscutidos, paridos desde la ironía punk, cosa que a la postre, le sirvió a la banda para alcanzar bastante rotación radial, atención mediática y ganarse un lugar bien respetado dentro de nuestra selecta discografía patria._ P.A.

tumulto

Tumulto (Raíces latinoamericanas)

Tumulto
1984, RLS

45. Desde los márgenes y con los recursos mínimos, la banda del recordado bajista Poncho Vergara supo sobrevivir a los embates de la dictadura, a punta de garra, convicción y mucho rock, aún tras su fallido debut discográfico en 1973. Pese a las aprensiones de los militares censores, retomaron la música desde la composición en 1977, cuando grabaron ‘Rubia de los ojos celestes’ como single, y de paso, convirtiéndola en el único himno hard rock que dejó la precaria generación de los 80. Esta canción, muestra la influencia heavy que tuvieron en esos años de “ensayo”, sobreviviendo a punta de covers del rock clásico y progresivo en colegios, gimnasios, parques y pequeños festivales. Y esa nueva sonoridad, muy cercana a Deep Purple, fue la que los encumbró como uno de los patriarcas del rock chileno. Este disco, que se editó en 1984 y que incluye ‘En las sombras’, su otro clásico, simboliza lo que significó hacer rock en plena dictadura: marginalidad, amateurismo y cojones._ C.T.

en-la-onda-de-los-jockers

En la onda de Los Jockers

Los Jockers
1967, Arci Music

44. Imaginemos nuestra capital en 1967. Santiago, a pesar de los adelantos en materia política, social y económica, continúa siendo un rincón en el mapa, un espejismo de metrópolis y uno de los centros urbanos menos influyentes de Latinoamérica. Allí, llamados a la historia, cinco jóvenes liderados por el futuro héroe del rock Sergio del Río, visten sus mejores pilchas sicodélicas, y en plena Alameda inmortalizan un verdadero hito contracultural, fotografiándose para la portada de En la onda de Los Jockers. Pese a estar compuesto en su totalidad por clásicos del R&B y versiones de The Rolling Stones y The Troggs, el álbum es un viaje salvaje, erótico y rebelde que, entre guitarras distorsionadas, voces reverberantes e incansables gritos adolescentes (pregrabados para que pareciese “en vivo”), significó el primer contacto del público nacional con el lado más peligroso del rock. El resto es historia: Record Guinness, Festival de Viña, ¿‘Satisfaction’ es chilena? Conocer a Jimi Hendrix… Que se haga el rock._ C.R.

pornostar

Pornostar

Pánico
1995, EMI Odeón

43. Un discazo. Ubicado entre los límites del punk y el rock alternativo, Pornostar nos proporcionó un ataque de esquizofrenia, repleto de sonidos indie que marcaron una inflexión para lo que, realmente, se podía llamar “alternativo”. Con un camino forjado en el under, Pánico fue capaz de plasmar, en este trabajo, acción y velocidad, hacer baladas power, crear momentos de locura, e incluso, himnos coreables a todo pulmón en un estadio. La prioridad de la banda era divertirse, pero no era una diversión antojadiza, tenía conceptos claves sobre el cual estructurar todo el discurso del álbum: el aspiracionismo y la crítica social, pero descritas como una comedia. Con claras influencias de Ramones, Pixies y Sonic Youth, el álbum es una especie de ópera rock underground, con un hilo conductor muy definido: la historia de “Rosita”._ M.P.

770

770

El Cruce
2008, Oveja Negra

42. 770 es un hecho bien aislado en la discografía nacional: blues rock bien ejecutado, con mestizaje criollo, y con la intención declarada de escapar de los clichés del estilo. Si bien en el resto de la discografía de El Cruce estos elementos ya estaban presentes, en este disco se exacerban las dosis de solos de guitarra sacados del alma –antes que de las habilidades motrices- y se nota el esfuerzo por no caer en el cliché del sexo, drogas y rock n’ roll. Si bien algo de eso hay, también hay espacio para la crítica social en ‘Mapuche’, y para la cotidianeidad en ‘Billetera o puñalada’ y ‘Hasta siempre pueblo lindo’. 770 tiene riffs, solos de guitarra, líneas vocales y letras suficientes para haber convertido a El Cruce en LA banda de estadios del blues rock criollo. ‘A encender el blues’, ‘Me gustan todas’ y ‘Me tienes loco’, están hechas para mover multitudes, para sonar fuerte en los carretes, para tomarse las radios. El hecho de que no lo hayan logrado dice mucho del perfil del público chileno de nicho: le cuesta un montón aplaudir, consumir e idolatrar el rock nacional._ F.G.

en el bunker

En el búnker

Fulano
1989, Alerce

41. Tal como Taxi Driver recorría Nueva York de noche enfrentándose a la escoria de la sociedad que dejó la Guerra de Vietnam, Fulano nació en el atardecer de la dictadura militar enfrentándose a pomposos estelares de televisión, a una incipiente sociedad de consumo a la chilena, a la privatización de la vida cotidiana, a Alberto Plaza, Álvaro Scaramelli, Myriam Hernández… La sofocante promesa de la democracia. No es raro que, en este contexto, un grupo de veinteañeros decidieran experimentar y volcar la ira y el hastío que generaba esta difusa realidad. En el búnker es una catarsis musical contenida por muchos años e impresa en el primer disco doble de la música chilena. Canciones como ‘Perro chico malo’, ‘Nena, no te vayas a Chimbarongo; no te vayas hoy, ándate mañana’ o incluso su éxito ‘Adolfo, Benito, Augusto, Toribio’, le dieron la categoría de fundamental del jazz-rock chileno a una banda en la que ninguno de sus integrantes era jazzista. Sin embargo, En el búnker es esencialmente fusión, originalidad y propuesta. Una propuesta compleja nacida de la diversa influencia de sus talentosos integrantes. Y ése es uno de los grandes méritos del disco, presentar la vanguardia musical en pleno oscurantismo chileno._ G.C.

 

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