Cradle of Filth en Chile: Reafirmando el legado en medio de la controversia

Fotos: Jerrol Salas
En una jornada llena de sonidos oscuros, Dani Filth demostró una vez más su tremenda calidad como frontman, en un show en nuestro país que se da en medio de una muy, muy controvertida semana.
A estas alturas para nadie es un misterio lo que ha ocurrido con Cradle of Filth. Es que, en tan solo una semana, la banda liderada por el siempre controvertido Dani Filth, resintió la baja de dos de sus integrantes. Zoe Marie Federoff, tecladista y corista hasta hace unos días, deja la banda en medio de denuncias de un ambiente tóxico en la interna, y de un contrato que los amarraba y los perjudicaba en lo económico. Hablamos en plural, porque horas más tarde, el guitarrista y esposo de la tecladista, Ahosk, anuncia su renuncia de la banda al finalizar la gira que, precisamente, los trajo por estas latitudes. Menos de 24 horas pasaron, cuando el mismo Dani Filth, informa la salida del guitarrista con efecto inmediato. Pasaron cositas. El detalle lo pueden revisar en la nota que hicimos al respecto.
Es en ese contexto en que los británicos llegaron a nuestro país, y la tensión de alguna forma se transmitió a los asistentes que empezaron a llegar en gran número al Teatro Coliseo. Con un retraso en la apertura de puertas, el público poco a poco fue llenado el ya clásico, y también controvertido, (ya todos sabemos porqué) recinto de calle Nataniel Cox.
La banda nacional Ater fue la encargada de prender el fuego inicial. En media hora, llenaron el ambiente de dark metal, con una fuerte presencia del teclado, que rápidamente propició el ambiente para lo que venía. Una propuesta sólida, técnica y con toques sutiles, pero precisos de teatralidad, fueron muestra clara de la calidad que tienen. Clima preparado para una banda que ya por tercera vez deja caer su metal tan frío como melódico en Chile. Provenientes de Oregon, Estados Unidos, Uada fue una muestra cautivantemente brutal de un sonido que muestra claramente sus influencias del black metal noruego de los 90, con todos los matices melódicos de bandas como Dissection. La capacidad de pasar de momentos fríos y estridentes, a pasajes melódicos pero oscuros, de forma tan orgánica, es realmente destacable. El público desde el primer momento fue altamente responsivo al ambiente de ritual y místico, pero también lleno de groove del show de Uada. Ahora sí, la liturgia estaba lista para comenzar.
Cuando el reloj marcó las 21.45 de la noche, Cradle of Filth saltó a las tablas del Teatro Coliseo para reencontrarse con su fanaticada nacional. Con un solo guitarrista, Donny Burbage y con Kelsey Peters, miembro de su crew en los teclados, Dani Filth se mostró en el escenario con una ovación del público y bastantes gritos femeninos, como ya es un clásico de los conciertos de la banda. To Live Deliciously, canción de su más reciente álbum fue la primera de un corto, pero contundente setlist. Un guiño a esta nueva etapa de la banda, la canción funciona a la perfección con la puesta en escena y el carisma teatral de Dani. El guiño al pasado también estuvo, The Forest Whispers My Name, llevó en un brutal viaje al pasado a los fans, directo al primer disco de los ingleses. Crudeza y brutalidad blackera propia de esos tiempos primigenios, y que encontró respuesta en el headbanging de los fanáticos. She is a fire, canción que personalmente me encanta, sacó a relucir la todavía vigente voz del frontman con su ya clásico grito ultra agudo, que es un sello de la casa. Ustedes saben a qué me refiero.
La noche continuó con un público entregado al carisma de Dani. En términos de sonido, considerando y teniendo en cuenta todo lo acontecido, el show fue bastante competente. Donny Burbage se puso el overol y sacó adelante la presentación con su guitarra, pasando de riffs a solos con la habilidad y oficio suficientes, para que la experiencia no se sintiera del todo incompleta, pero no podemos obviar que, siendo Cradle of Filth una banda en que las dos guitarras dialogan constantemente, la falta de una de ellas se sintió. Con todo, resulta valorable la entrega de Donny. Por otro lado, Kelsey Peters en coros y teclados, podría decirse que es donde más se evidenció el cambio de último minuto. No podría asegurarlo, pero por momentos se sintió que los coros y teclados eran pistas de apoyo, sobre todo cuando por momentos sonaba la voz sin estar la reemplazante pegada al micrófono. A pesar de todo, es más que respetable su presencia en el escenario, toda vez que la propuesta escénica y musical de la banda así como su teatralidad, hacen necesaria la inclusión de Kelsey.
Lo que quedaba de espectáculo fue sólido. Nympthetamine, uno de los mayores éxitos comerciales de CoF, trajo ese lado gótico y romántico en que el diálogo de voces juega un rol clave. Es magnética. Cruelty Brought Thee Orchids, sacó a relucir aquel clásico periodo ambicioso y creativo de la banda de finales de los noventa. Her Ghost in the Fog, cantada con fuerza por el público, fue el clásico escogido para dar el cierre a un setlist de 12 canciones que en buena medida, resumió la trayectoria creativa de Dani y que dieron muestra de una todavía enérgica performance, que pese a una agitada y polémica semana, dejó de manifiesto que la experiencia también juega sobre el escenario. Se nota.