Robert Plant en Lollapalooza Chile 2015: Montaña mística de clásicos

Sin una enorme convocatoria, el Dios Dorado (de oro blanco en su cabellera a estas alturas) hizo su presentación en Lollapalooza a eso de las 19:30 hrs., cuando ya la tarde caía para alegría de muchos, ya que había estado bastante bravo el calor horas antes en las presentaciones de Kasabian, Bastille, Alt J y The Specials, por ejemplo.

Bueno, hubo la posibilidad de escabullirse hacía adelante gracias a esos espacios vacíos que quedan entre gente y gente para apreciar de más cerca a esta leyenda del rock, que en esta oportunidad llegaba tras la salida de otro gran disco en su faceta más experimental y junto a esta tremenda banda de soporte como lo es la Sensational Space Shifters, este núcleo de músicos con influencias de la música del mundo que lograron cautivar a un público cada vez más entusiasmado con la propuesta en la tarde de domingo.

Si decimos que “vinieron a presentar el disco” estaríamos bien errados, porque lo que hizo Plant en gran parte fue regalarnos un puñado de inolvidables clásicos de Led Zeppelin pero en versiones mucho más experimentales, tribales si se quiere, y con esta cosa mística que a Plant le ha fascinado desde la época de ‘Kashmir’ en los ’70 hacia adelante sin duda.

El saludo del maestro llegó tras la increíble apertura con la alternativa versión de ‘Babe I’m Gonna Leave You’; ‘Watching You’ y ‘Rainbow’ llegaban del nuevo disco y una ritualesca versión de ‘Black Dog’ de Zeppelin advertida por el propio Plant en español: “peligro, perro negro!” nos decía antes de desbandarse con este chamánico despliegue de tamaño clásico.

Su misticismo y esta cosa de la energía brotaba a flor de piel: “Can you feel it? Give it to me!” decía, como sintiendo la energía que el público le entregaba. El turno era para los músicos ahora: Liam Tyson y su magnífico banjo sonaba a la perfección y Juldeh Camara, el músico africano (Gambia) que es un enorme aporte a lo que Plant quiere llegar con esta propuesta, con el trabajo en el ritti, este impresionante instrumento de una sola cuerda tocado con arco.

Mientras caía la noche ya Plant nos ofrecía una inmejorable postal: la emotiva ‘Going to California’, emocionaba en un cada vez más asistido escenario, también el tributo al blues no podía faltar con ‘No Place to Go’ de Howlin’ Wolf , y luego Plant bromeando, tartamudeando, con movimientos espásmicos lograba sacar todos los aplausos para luego desatar la euforia con ‘Whole Lotta Love’, el aclamado clásico de Zeppelin para despedirse, pero no sin volver tras una audiencia enfervorizada: “¡¡Roberto Planta- Roberto Planta!!” le gritaban todos a coro. Su regreso llegó mientras mucha gente se retiraba, por lo cual todos volvieron corriendo para apreciar su broche acertado con ‘Rock and Roll’, el indiscutido clásico en versión Sensational Space Shifters que sonó a mil maravillas.

La gracia del show era la alternativa distinta: para los que esperaban la estridencia de Zeppelin pudo haber decepconado, pero a la vez fue un buen puente para adentrarse en la discografía de este gran ídolo, donde hay mucho más por descubrir de lo que uno se imaginaría. El Dios Dorado-más místico que nunca- volvió a ser adorado y se quedó con lo que bien pudo ser el mejor show dominical en Lollapalooza.

Por Patricio Avendaño R. 

Foto: Lotus