Silvestre y la Naranja en Chile: Una noche cítrica
Silvestre y La Naranja se ha convertido en un referente del pop-rock de calidad proveniente de Argentina y así se notó anoche cuando el cuarteto bonaerense se presentó en una llena Sala Metrónomo, inundando todo el lugar con su mágico sonido cítrico. Fue un show tremendo, de principio a fin; un movimiento definitivo que en dos segundos despegó la corteza de la cáscara y nos invitó, sin mediaciones, a saborear la pulpa de su interior.
Abrieron con “Fiebre Atemporal”, uno de los mejores temas de su último álbum Sueño Cítrico. Enérgica y potente. Con solo una canción el público ya cantaba animado, bailando con el corazón en la mano y los acompañaba con las palmas cuando el grupo lo pedía. Esa complicidad de los asistentes le aportó magia a la noche y cómo no, si Justo, el vocalista, es un showman que domina el escenario por completo. “Sueño Cítrico” es un disco de génesis, es el segundo primer disco de Silvestre y La Naranja, y que vinieron a promocionar con esta gira. Tiene la esencia del primer disco, por la energía y la frescura y confirma de alguna forma que el Silvestre del nombre es por lo salvaje. Y en ese salvajismo prominente el que no baila está afuera. Fue increíble la energía que brindaba en cada momento la banda. Nota tras nota hicieron bailar hasta la última alma de la sala.
Continuaron con temas como “El Instinto”, “Amores Callejeros”, “Loco por Vos” y “Amor Sofá”. Gran parte de su repertorio fue del disco “Sueño Cítrico”, pero también se tomaron el tiempo de repasar sus grandes éxitos de discos como “Anim4les” y “Supersticiones”. En vivo son una banda que muestra una forma única de brillar. Conectaron con su público de una manera que no da cabida para pasar desapercibida. Además de estar sus cuatro miembros principales, los acompañaron otros dos talentosos músicos en trombón y la trompeta, que ayudaron a demostrar por qué el sonido en vivo de Silvestre y La Naranja es incluso mejor que en digital.
El cierre con “Tu Veneno” fue una demostración de celebración y que confirma que Silvestre y la Naranja es una banda en constante crecimiento y que ha sabido cautivar al público en todas sus facetas. Fue un concierto tremendo, acalorado. Las casi dos horas de show dejaron a todos los asistentes con la energía suficiente como para salir del recinto a la vida real, llenos de esperanza, emoción y amor —o desamor—; justo lo que necesitábamos.
