Marty Friedman: El guitarrista que convirtió la distorsión en un puente entre culturas

Marty Friedman: El guitarrista que convirtió la distorsión en un puente entre culturas

De las filas de Megadeth a la televisión japonesa, su guitarra se convirtió en lenguaje universal.

En el extenso universo del metal, donde la velocidad y la técnica suelen ser las cartas de presentación, Marty Friedman (quien se presenta en Chile el próximo 13 de junio) eligió el camino de la expresión y buscó conexiones más profundas. Su estilo es un testimonio de cómo el sonido de una guitarra puede volverse humano, emocional, incluso espiritual. Y a lo largo de los años no solo se ha dedicado a tocar notas, ha estado contando historias.

Nacido en Washington D.C., Friedman no tardó en destacarse en la escena del shred metal. Su primera explosión creativa llegó con Cacophony, el proyecto neoclásico que formó junto al joven prodigio Jason Becker. Juntos lanzaron Speed Metal Symphony (1987), un disco que aún hoy sigue siendo una cátedra de virtuosismo y un referente para guitarristas de todo el mundo. Un trabajo cargado de contrapuntos barrocos, duelos melódicos y armonías que desafiaban cualquier regla del metal tradicional.

Sin embargo, fue su ingreso a Megadeth en 1990 lo que lo catapultó a la fama mundial, llegando justo antes de que la banda grabase uno de los álbumes más legendarios del thrash metal, el mítico Rust in Peace. Durante la década que permaneció junto a Dave Mustaine contribuyó en álbumes icónicos como Countdown to Extinction (1992), Youthanasia (1994) y Risk (1999), aportando solos memorables y dejando huellas indelebles como su ya mítico solo en «Tornado of Souls», considerado uno de los más grandes en la historia del género.

Su discografía como solista es prolífica y diversa. Álbumes cómo Dragon’s Kiss (1988) Scenes (1992) y Introduction (1994) anticiparon una búsqueda sonora más introspectiva. Luego vinieron obras más intensas como Loudspeaker (2006) y el explosivo Inferno (2014). A través de estos trabajos, Friedman dejó claro que su guitarra no era una metralleta de notas, sino un pincel con el que podía pintar desde paisajes serenos hasta tormentas eléctricas.

En su serie Tokyo Jukebox (2009, 2011, 2021), se animó a versionar grandes canciones del pop japonés con su estilo único, y en 2024 lanzó Drama, su trabajo más reciente, en el que afina aún más su visión musical entre Oriente y Occidente.

La Técnica musical de Marty Friedman: Fraseo oriental y escalas exóticas

Uno de los aspectos más distintivos del estilo de Friedman es su uso de escalas no convencionales, algunas de ellas provenientes de la música oriental, tales como la escala hirajoshi o su enfoque modal inspirado en el maqam árabe, además de la frigia dominante armónica menor con variaciones microtonales, esto le ha permitido construir fraseos que suenan profundamente emocionales y melancólicos, muy alejados al fraseo clásico del metal basado en la pentatónica o en modos como el dórico y eólico.

Otro de sus sellos es su famoso circle picking, una técnica que emplea movimientos circulares mínimos para lograr articulación precisa. Pero más allá de lo técnico, lo que distingue a Marty es cómo usa la técnica; no para impresionar, sino para transmitir en cada nota una carga emocional.

Aunque tiene la destreza para hacer shred, lo evita conscientemente. Suele componer sus solos como si fueran melodías vocales o líneas de violín, utilizando motivos temáticos, pausas, arcos emocionales y un desarrollo narrativo. Su técnica es tan libre como su enfoque musical; se mueve entre el thrash metal, el J-pop, el jazz fusión y la música tradicional sin necesidad de cambiar de identidad, adaptándose con naturalidad al género.

Un puente entre mundos

Quizá lo más inspirador de Marty Friedman es su negativa a limitarse. Tras dejar Megadeth se mudó a Japón en 2003, el país cuya cultura y música siempre lo habían fascinado. Allí encontró una nueva audiencia, nuevos escenarios y nuevas formas de expresión. Participó en más de 700 programas de televisión, colaboró con músicos del J-pop, se convirtió en juez en concursos de talentos y conductor de programas educativos.

En 2016, fue nombrado embajador de la herencia japonesa por el gobierno de Japón. Desde ser el guitarrista principal de Megadeth hasta convertirse en una figura cultural nipona, Friedman ha sabido reinventarse sin perder su esencia.

Marty Friedman no sólo es una figura icónica del metal, es más que un guitarrista virtuoso; es un explorador del sonido, un puente entre culturas, alguien que supo convertir la distorsión en lenguaje musical. Su legado no solo habita en los solos que toca, sino en las fronteras que rompe con ellos.

Alessandra Biava

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