«Re-Arranged»-Limp Bizkit: La inmortal línea de bajo de Sam Rivers y un hit que marcó la diferencia

«Re-Arranged»-Limp Bizkit: La inmortal línea de bajo de Sam Rivers y un hit que marcó la diferencia

Re-Arranged es una rareza dentro del universo de Limp Bizkit. No vive en la furia adolescente, ni en las letras sarcásticas o la agresión gratuita que marcaron su época dorada. Aquí, la banda baja las revoluciones y construye algo distinto: una atmósfera introspectiva, casi elegante, que gira en torno a una línea de bajo envolvente y melódica firmada por Sam Rivers, acompañada por una guitarra de Wes Borland que deja el protagonismo para brillar desde las sombras con un tapping delicado y minimalista. Es una pena que la banda nunca haya vuelto a explorar ese sonido: era un destello de lo que podrían haber sido y un gran momento que terminará inmortalizando al recién fallecido bajista.

¿De qué trata Re-Arranged?

Más allá de lo musical, la canción aborda —al menos en apariencia— una ruptura amorosa. Uno esperaría que un tema así en manos de Limp Bizkit fuera un desahogo rabioso, con Fred Durst insultando a su ex entre distorsiones y scratches, pero no. Esta vez, el vocalista se muestra más contenido, más humano. Habla desde la frustración y la incomprensión, de no sentirse escuchado, de aceptar que las cosas no cambiarán. Es un gesto inusual de vulnerabilidad para alguien que, hasta entonces, había construido su imagen sobre la arrogancia y la ira.

Sin embargo, la ruptura de Re-Arranged no es literal. Es una metáfora.
El videoclip lo deja claro: la banda es juzgada, encarcelada y condenada a muerte (de una manera tan absurda como provocadora) por figuras del establishment. La escena remite directamente a los disturbios de Woodstock ‘99, de los que Limp Bizkit fue responsabilizado. En ese contexto, las letras adquieren otro peso: la decepción de Durst no es romántica, sino mediática. Está hablando del quiebre entre su banda y el público, entre su fama y la prensa que lo demonizó.

En lugar del bravucón de siempre, aparece un artista herido y confundido, que se siente traicionado por algo en lo que creyó. Por un instante, Durst parece anticipar su propio ocaso:

“Haces creer que no pasa nada hasta que lloras.
Haces creer que la vida es muy larga hasta que mueres.”

Es una especie de lamento de alguien que estuvo en lo alto por un momento y luego vio todo derrumbarse.

Una canción diferente en todo sentido

A nivel sonoro, Re-Arranged rompe por completo con el molde del nu metal que los hizo famosos. No hay muros de guitarras ni rapeos agresivos. En su lugar, hay espacio, textura y ritmo. La guitarra de Borland apenas flota sobre la mezcla, mientras el bajo domina con un groove constante y magnético. La voz de Durst se mueve entre el canto y el spoken word, dejando que la música respire.

El clímax final, con guitarras que se arremolinan y se disuelven en capas, suena más cercano al shoegaze que al rap-rock. Es un cierre extraño, casi onírico, que encapsula el desconcierto de la canción: un tema sobre pérdida, decepción y madurez, disfrazado de sencillo de Limp Bizkit, pero que logró llegar a los mismos lugarres que sus hits mas mainstreams, .

Nacion Rock

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