Avenged Sevenfold – Life Is But A Dream… (2023): Cuando el deathbat vuela más alto que nunca (y fuera de su zona de confort)

Avenged Sevenfold – Life Is But A Dream… (2023): Cuando el deathbat vuela más alto que nunca (y fuera de su zona de confort)

Warner, 2023

Avenged Sevenfold ha clavado sus banderas en la novedad desde City Of Evil, el trabajo que les abrió espacio en el mainstream con canciones por sobre los 6 minutos y llenas de arreglos estratosféricos, lo cual los distinguiría como los típicos bichos raros que asoman cada cierto tiempo en la escena musical, pero que son de corta duración; a pesar de las dudas de muchos, fue su inconformismo el que les ha hecho reafirmar que cada paso dado en su carrera ha sido correcto.

De hecho, los californianos se han paseado entre una vertiente hard rock accesible, como en Hail To The King, y el arriesgado The Stage, en el que se adentraron en terrenos progresivos. Y todo ello mientras su popularidad iba ascendiendo hasta el punto de convertirles en una de las formaciones metaleras más destacadas de su generación. Pero llegado 2023, han decidido lanzar su octavo disco marcando quiebres absolutos con Life Is But A Dream… el cual es un ejercicio muy osado si consideramos la expectación generada tras siete años de silencio discográfico y el que estén logrando ser headliners de importantes festivales. Con lo que le gusta a Warner dar siempre con sandías caladas, el apoyo a este disco es, a lo menos, sorpresivo; o la otra conclusión es que la banda se tenga una autoconfianza ilimitada para lanzar este conjunto de ruidos descabellados del tipo ‘nos importa un carajo lo que piensen’.

‘Game Over’ irrumpe con M. Shadows en estilo Mike Patton de Mr. Bungle y se pasa de revoluciones incluso en acústico, con cambios de contrastes radicales desde el inicio. ‘Mattel’ es más metalera destacando el manejo de Brooks Wackerman con el doble bombo, donde juega con todo tipo de ritmos; Gates y su Schecter siempre dando la nota alta, con oficio; la canción combina bien los teclados para llevarnos al clímax con coros suaves y un piano. ‘Nobody’ fue el primer single y era lógico, pues es la más digerible de este combinado y logra una acertada fusión entre la facilidad de Hail To The King y el progresivo de The Stage. Hasta este momento, la escucha del disco regala minutos interesantes si estás bien concentrado en la propuesta, pero cuando llegamos ‘We Love You’ se descarrila el tren. Inquietantes voces te reciben, las que se rompen con cortes bruscos, pasando de fragmentos relajados al thrash más visceral, para acabar en una acústica que busca reparar tal cantidad de estímulos.

El barroquismo que tanto les gusta hacer aparece en ‘Cosmic’, con un largo solo que da el pase al piano, mientras se ejecuta una combinación sobrecargada de arreglos; Shadows asoma pletórico en su voz y corre para adaptarse a lo que le lancen sus colegas. Incluso usa el vocoder en ‘Easier’, otra canción que recuerda a Faith No More. Luego, ‘G’, ‘(O)rdinary’ y ‘(D)eath’ transitan de forma enredada, intentando sonar desde los instrumentales de Rush hasta un baile funky. Ya agotados, llegamos al final con ‘Life Is But A Dream…’, un track sofisticado con una excelente perfomance de Gates.

¿Qué es esta propuesta?, ¿La cúspide de la creatividad?, ¿Una llamada de atención?, ¿Otro trabajo que será valorado en años posteriores?. En este momento, sugerimos un par de escuchas antes de emitir una opinión, aunque es probable que al fan acérrimo este Life Is But A Dream… lo tenga confundido y masticando rabia, porque una buena banda como Avenged Sevenfold se ha dado el lujo de lanzar un disco pasado de revoluciones, probablemente sin hits que agregar a su rúbrica discográfica, pero que podría ser valorado como una nueva colección de sonidos nacidos de su habitual inconformismo.

Macarena Polanco

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