Gorillaz celebró su sólido presente y sus 25 años de trayectoria en el festival Pulse of Gaia en Madrid

Por Alfredo Rodríguez
Fotos: Producción Festival /Alfredo Rodríguez
Mientras Oasis llena estadios en su masiva gira de reunión, Albarn apuesta por la autenticidad y celebra los 25 años de su proyecto animado con un show vibrante en el campus de la Universidad Autónoma de Madrid, dentro del Pulse of Gaia Festival
Gorillaz llegó hasta la capital española para ofrecer un show repleto de calidad y destreza para festejar su cuarto de siglo en activo. La ubicación, tan extraña como inesperada, fue en un recinto improvisado en el campus de Cantoblanco de la Universidad Autónoma de Madrid dentro de la programación del evento Pulse of Gaia Festival, cita proveniente de otros países que llegó a la península en formato plantel de música electrónica.
Fueron unas 18.000 almas congregadas en torno a la figura de unos Gorillaz que llenaron hasta los topes un espacio que se quedó pequeño desde media tarde, cuando Klaverson, Thundercat y Erez sirvieron como aperitivo musical para lo que estaba por llegar en las primeras horas de la noche. Con un Damon Albarn liderando una banda formada por nueve músicos, el espectáculo comenzó con la música sonando de manera precisa con unas pantallas de increíbles dimensiones. El show se mantuvo a la altura durante la casi hora y media que duró el mismo, aunque culminaron antes según los horarios anunciados por la organización.

Sobre las tablas del gigantesco escenario, Damon y sus compinches musicales ofrecieron una actuación sobresaliente repleta de rock, pop, hip hop, dub, world music y otros estilos, donde una combinación perfecta entre guitarra, bajo y batería se mezclaron a la perfección con unos teclados endiablados y unas voces brillantes por parte del equipo de coros. El carismático frontman lo fue más que nunca, escondido tras sus gafas de sol a pesar de ser noche cerrada y abrigado por su chamarra militar que lució con descaro en la última noche del verano.

El oriundo de Whitechapel echó mano de instrumentos varios durante la actuación, desde la guitarra en los primeros compases del concierto con ‘Last Living Souls’ y su nuevo tema ‘The Happy Dictator’, pasando por su micrófono, el efectivo megáfono y el piano en los momentos más íntimos, que los hubo a pesar de la intensidad del directo. Tanto que no dudó en parar uno de sus temas (’19-2000’) cuando cometió un error con la letra y se equivocó, deteniendo la actuación para retomarla tras pedir perdón y jactarse de lo sucedido. Los momentos más destacables de la noche fueron la aparición de Kelvin Mercer (De La Soul), Michelle Ndegwa con su portentosa voz y el rapero bonaerense Trueno para interpretar ‘The Manifesto’, repitiendo una colaboración que tuvo su origen en el festival Quilmes Rock de Argentina hace tres años.

Como broche dorado a una gran puesta en escena, Gorillaz hizo sonar los primeros acordes del hit ‘Clint Eastwood’ aparecido en su LP debut, primero haciendo sonar su versión original y después otra más acelerada con el cantante de reggae Sweet Irie. Y así terminó el único concierto del grupo fuera de Reino Unido este año, en una ubicación extraña dentro de un nuevo festival capitalino que no sabemos si continuará en futuras ediciones o, como otros, aparezca y desaparezca en su primera edición. Estaremos atentos.