Thundercat en Chile: un viaje cósmico por el funk, el jazz, las risas y los homenajes

Thundercat en Chile: un viaje cósmico por el funk, el jazz, las risas y los homenajes

Fotos: Javiera Villaseca

El regreso del ex Suicidal Tendencies encendió a un Teatro Coliseo que terminó por entregarse al funky groove de Thundercat. Un show que tuvo de todo, incluso varios desmayos en el público

La segunda venida de Stephen Lee Bruner, más conocido musicalmente como Thundercat, fue un éxito. En un extenso show, el estadounidense de 40 años, deslumbró a un acalorado público que fue transportado a un viaje, que terminó siendo un exquisito recorrido por distintos estilos, sonidos y sensibilidades que terminaron por transformar el recinto en una fiesta. La variedad de estilos, matices y el ambiente que genera con su virtuosismo, termina de confirmar porqué es una de las figuras más singulares de la música contemporánea.

Cuando decimos virtuosismo, quienes conocen a Thundercat, pero sobre todo los que presenciaron su show anoche, podremos confirmar que el talento de Stephen es algo sencillamente impresionante. Sus dedos parecían volar por el mástil de su bajo de seis con una precisión y velocidad, digna de los mejores. Por momentos parecía sintetizador, por momentos una guitarra líder, pero no, siempre fue su bajo Ibanez TCB1006. No por nada Flea (Red Hot Chili Peppers) lo considera el mejor bajista del mundo hoy por hoy.

Candlelight marcó el inicio de la jornada a las 21:05. Con precisión y delicadeza dejó ver desde un comienzo que el bajo de seis cuerdas marcaría el ritmo de la noche. Pero Thundercat no estaba solo, sobre el escenario lo acompañaban dos músicos excepcionales. El tecladista Dennis Hamm y el baterista Justin Brown, quien ya para la segunda canción de la noche, How Sway/Uh Uh, mostró sus pergaminos: enérgico, preciso y tomando riesgos que por momentos los hicieron robarse las miradas, más aún, durante los distintos jams que se dieron con una naturalidad asombrosa durante todo el concierto.

I love Louis Cole, tema en con colaboración con su amigo Louis fue el anticipio perfecto para No More Lies, canción en conjunto con Kevin Parker (Tame Impala) encendió al público con la mezcla en su punto de funk y psicodelia pop. Con groove juguetón y un beat relajado, capas suaves de sintetizadores, y la profundidad del bajo de seis cuerdas dieron lugar a un ambiente cósmico y espacial. Ambiente que tomó un matiz más alegre y emotivo, cuando Stephen en medio de un jam, recordó al querido Mac Miller, dedicándole un “I love you Mac” mientras sonaba la exquisita línea de bajo de What’s the use? Famosa colaboración que hiciera con el fallecido rapero, y popularizada aún más, por la presentación en conjunto que hicieron en el ya de culto TinyDesk de MacMiller.

Thundercat también tuvo palabras para el recientemente fallecido Príncipe de las Tinieblas, Ozzy Osbourne. “Imposible no decir algo acerca de la partida de Ozzy. Muchas gracias Ozzy Osbourne” fue el mensaje que pronunció Stephen y que fue aplaudido por todo el Teatro Coliseo. Teatro que, dicho sea de paso, mostró su cara más amable en cuanto al sonido. Más allá de uno que otro detalle en las voces, que suelen perderse en el recinto, esta vez se notó esmero en la preparación acústica, que permitió una experiencia muy interactiva con el artista, que detener su show por una persona desmayada en la cancha. Fueron al menos un par más.

La sensación de viaje espacial continuó con Great Scott/Innerstellar Love. El momento de brillar fue en esta oportunidad para Dennis Hamm, el tecladista se robó las miradas quien, casi con movimientos a la velocidad de la luz, mantuvo el viaje bailable que ya tenía moviéndose a todo el Coliseo.

Los tremendos éxitos Funny Thing y Them Changes, fueron el cierre más que adecuado para un concierto en que el publico manifestó cada vez que pudo, el cariño por el artista, que luego de regresar por el encore, terminó yéndose entre gritos y aplausos de una multitud que disfrutó en todo momento el humor y cercanía de Thundercat, pero que también pudo experimentar la sensorial y virtuosa propuesta, de un trío que lo dejo todo sobre el escenario.

Nicolas Diaz

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