TRON: Ares (Soundtrack)- Nine Inch Nails pateando todas las dimensiones posibles

TRON: Ares (Soundtrack)- Nine Inch Nails pateando todas las dimensiones posibles

 

Si tu pasión es la música electrónica en todos sus tonos y matices, este soundtrack es para ti. Si solo eres fan de Nine Inch Nails o del alucinante universo de TRON, también. A lo largo de los años, la banda ha mutado dentro de innumerables variantes del género, con el gran agregado de haber sabido inyectar rock a la propuesta, y también funk, noise, garage, hardcore, metal, rock alternativo y más.

Tron: Ares, la partitura que firman Trent Reznor y Atticus Ross, y que Disney decidió acreditar bajo la marca Nine Inch Nails, es tanto un acierto creativo como una jugada estratégica de franquicia: enlazar la saga Tron con nombres históricos de la electrónica (desde Wendy Carlos hasta Daft Punk) y al mismo tiempo catalogar el score como Halo 36 / Null 22, insertándolo en el corpus oficial de NIN. Esto reaviva la eterna discusión entre fans cuando la dupla se decide a lanzar música: ¿es realmente un álbum de Nine Inch Nails o un trabajo más de soundtrack firmado por Reznor & Ross? ¿Por qué los anteriores no y este sí? La verdad es que aquí se vive y respira a clavo de nueve pulgadas, aunque también hay algo más.

Musicalmente, el disco apuesta por una estética más directa: texturas minimalistas, momentos introspectivos, canciones con gancho, órganos drónicos y zumbidos eléctricos como contrapunto, junto a pasajes que desembocan en pistas intensas y ruidosas (la impresionante “I Know You Can Feel It”). Hay piezas con espíritu kraftwerkiano, atmósferas casi sacras (“100% Expendable”), destellos IDM en las breves transiciones , y hasta cortes con esencia gótica y bailable (“Infiltrator”, «Shadow Over Me»). Con la ayuda de colaboradores como Boys Noize y Hudson Mohawke, se levanta un muro electrónico que va de lo divertido a lo solemne, de lo industrial a lo etéreo. Muchas piezas parecen hechas para un club oscuro, otras solo para seguir la acción de esta locura multidimensional que es la película, pero todas fieles a la atmósfera NIN.

Por supuesto, hay momentos que encajan inevitablemente en el contexto cinematográfico. Son efectivos, cuidados y emocionalmente ricos, aunque a ratos se sienten incompletos para el mundo de NIN, donde la otra gran proeza de la banda siempre fueron las letras profundas, más allá de la diatriba instrumental. “Who Wants to Live Forever?”, un dúo vocal entre Reznor y la cantante Judeline, es el ejemplo más claro: melodía poderosa, teatralidad plena y emoción directa, incluso con un aura celestial. Por su parte, “As Alive as You Need Me to Be” resuena como un clásico que recuerda a grandes momentos de The Fragile o With Teeth.

Al final, Tron: Ares es un soundtrack sólido que refleja la fase actual de Reznor: un artista que sigue fiel a su oficio, mostrando más su costado nostálgico y contemplativo que la corrosiva actitud de sus primeros años. La señal del tiempo se hace sentir, pero también su madurez: alguien que aprendió a convertir dolor y desgarro en una paleta cromática de sonidos, más que en una urgencia autodestructiva.

 

Patricio Avendaño

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