YUNGBLUD, su lucha contra la ansiedad y cómo retomó la buena senda con su nuevo álbum «IDOLS»: «Quería una versión moderna, viva y palpitante de Bowie, Pink Floyd o Queen»

YUNGBLUD, su lucha contra la ansiedad y cómo retomó la buena senda con su nuevo álbum «IDOLS»: «Quería una versión moderna, viva y palpitante de Bowie, Pink Floyd o Queen»

Al parecer, «Idols» no solo ya es uno de los mejores álbumes de la temporada, sino que es un punto clave e importante en la carrera de Dominic Harrison, más conocido como YUNGBLUD. En una entrevista reciente de portada con Louder revela que no ha sido fácil, que ha sufrido trastornos de ansiedad desde que terminó toda la promoción y campaña de su tercer álbum, Yungblud de 2022, y que al comenzar Idols, ha estado lidiando con un momento complicado.

Si bien, su carrera había estado en constante ascenso desde que lanzó su álbum debut, 21st Century Liability, en 2018. Weird! de 2020 y su sucesor, Yungblud, aunque empezó a sentir lo que se podría pensar que cualquier artista debe temer: la pérdida de identidad.

Según revela, estaba harto de las expectativas que los demás tenían sobre él. «La idea de ser ese clásico de la juventud ruidosa y descarada era realmente difícil de cumplir todo el tiempo: ‘¡Haz cara! ¡Sé ruidoso!'», dice. «Me estaba asfixiando. Durante cuatro años, la gente se preguntaba si era real o auténtico, o me amaba hasta la asfixia. Entras en un bar y no sabes si te quieren o te odian. Necesitaba pararme un momento y evaluar qué quería hacer.»

Empezó a beber y comer mucho. Ansiedad. Según explica, su estilo de vida era en parte un intento de recuperar su propia vida. «Estaba al borde de un trastorno alimentario». Revela que se acercaba a los 27 años por aquel entonces, una cifra mítica en la música por razones obvias. Era algo que no ignoraba. «Creo que el Club de los 27 es una tontería, pero lo tienes en la cabeza», dice. «La gente estaba preocupada por mí. No me encontraba bien».

Pero la música siempre está ahí para salvar vidas: Harrison creció amando la música que escuchaba su padre, dueño de una tienda de guitarras: David Bowie, Queen, Fleetwood Mac, Pink Floyd. «Quería hacer un álbum que pudiera estar a la altura de ellos; no una pieza de época, dice, sino una versión moderna, viva y palpitante. «Y en el sello americano no lo entendieron», dice. “¿Cambios de época? ¿Malditas armonías? ¡¿Qué?! ¡Acabábamos de tener un álbum número 1! Así que me disuadieron de hacerlo. Me estaba repitiendo con la excusa de escuchar a los demás”, dice. “Realmente había perdido mi identidad”.

«Necesitaba estar en el norte», dice. «La cerveza de Timothy Taylor, mis mejores amigos y el olor que se percibe en el norte de Inglaterra cuando la lluvia rebota en la grava porque las carreteras llevan años sin asfaltar. Necesitaba todo eso para ser como: ‘¿Quién demonios eres tú, hombre, como humano?’, sin la opinión de nadie, ni buena ni mala». Este tipo de introspección está presente en todo el nuevo álbum. La razón por la que lo tituló Idols, dice, es porque decidió dejar de buscar respuestas en otras personas. No abraza a sus propios ídolos, los aleja. Y quiere que otros hagan lo mismo con los suyos, incluido el propio Yungblud.

Y sí, no cometería el mismo error la próxima vez. Después de terminar con Yungblud, controló su consumo de alcohol y comida, empezó a entrenar boxeo y retomó lo que había dejado un par de años antes con Idols, lo que sin duda, en términos de ambición y concreción musical, es su primera obra maestra.

 

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