Cancionero Rock: «Paint It Black» – The Rolling Stones (1966)

Cancionero Rock: «Paint It Black» – The Rolling Stones (1966)

Su encantamiento es oscuro, fúnebre, partiendo desde el título hacia la marcha de batería comandada por el gran Charlie Watts, aunque bien los Rolling Stones tenían otra mirada al principio -según cuentan-ya que escribieron esto como una canción de soul convencional mucho más lenta, para luego tornar todo en una canción con tintes muy depresivos pero que al mismo tiempo no deja de tener mucha energía dentro de sí misma.

Todo empezó cuando Bill Wyman empezó a jugar con el órgano durante la sesión haciendo un despegue de su idea original como una parodia de la música que se tocaba en las bodas judías. El co-manager Eric Easton (que había sido organista) y Charlie Watts se unieron e improvisaron un patrón de batería a doble tiempo, haciéndose eco del ritmo que se escucha en algunos bailes de Medio Oriente. Este nuevo ritmo orientaloide y más alegre se utilizó luego en la grabación como contrapunto a la tétrica letra, que habla que todo «se debe pintar de negro», a cada cosa, momento y lugar.

Pero hay otro ingrediente muy particular: cuando el guitarrista de los Stones, Brian Jones, tocó la sitar, el instrumento indio que tan bien le ha hecho al rock y que fue introducido a la música pop obra y gracia de George Harrison por The Beatles en su canción de 1965 Norwegian Wood (This Bird Has Flown).  Jones hizo los arreglos para «Paint It Black» y muchas otras canciones en esta época, pero según Keith Richards, nunca presentó una canción terminada al grupo, lo que lo mantuvo fuera de los créditos.

Mick Jagger también habló sobre el sonido psicodélico de la canción: «Esa fue la época de mucho ácido. Tiene cítaras. Es como el comienzo de una psicodelia miserable. Eso es lo que comenzaron los Rolling Stones, tal vez deberíamos revivir eso».

I look inside myself and see my heart is black
I see my red door and I must have it painted black
Maybe then I’ll fade away and not have to face the facts
It’s not easy facing up when your whole world is black

Keith Richards explicó cómo se formó esta canción: «Estuvimos en Fiji durante unos tres días. Hacen cítaras y todo tipo de cosas indias. Las sitars están hechas de sandías o calabazas o algo roto para que se endurezcan. Son muy quebradizas y tienes que tener cuidado con cómo las manejas. Pensamos en probarlas en el estudio. Para conseguir el sonido correcto en «Paint It Black», encontramos que el sitar encajaba perfectamente.»

Se transformó en himno, pero no precisamente de la alegría: Acá en Latinoamérica el tema se usó como el tema principal de Tour Of Duty, un programa de CBS sobre la Guerra de Vietnam que se desarrolló entre 1987 y 1989, muy conocido por estos lados como Misión del deber, pero además el tema aparece en los créditos finales de la película The Devil’s Advocate (El Abogado del Diablo). También se escucha al final de la película Full Metal Jacket de Stanley Kubrick, donde sirve como una alegoría del dolor de la muerte súbita en la canción relacionada con la muerte emocional de los hombres de la película y de todos los hombres en la guerra. El tema se explica en el contexto de la pérdida, de la desesperanza y cuando todo literalmente se va a negro.

Por Patricio Avendaño R. 

 

 

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