BEAT en Chile: La nostalgia de King Crimson transformada en maestría musical

BEAT en Chile: La nostalgia de King Crimson transformada en maestría musical

Fotos: Camila Luengo

Lo de anoche se diría que fue un acto nostálgico. BEAT, un homenaje a los 80s de King Crimson. Técnicamente —o inevitablemente— lo fue, pero lo que los músicos que lo conforman llevaron a cabo fue una clase magistral que nos llevó, de hecho, a composiciones que escribieron las bases del rock progresivo y la experimentación por los siguientes 40 años. Un tributo al legado de King Crimson ochentero pero acompañado de dos de sus miembros originales de la década. Andrew Belew en la voz y guitarra y Tony Levin en el bajo junto a nada más y nada menos que Steve Vai asumiendo el papel de Robert Fripp en la guitarra y Danny Carey el de Bill Bruford en la batería.

Jorge Campos, quien a través de su participación en Fulano y Congreso ha sido una importante contribución a la música chilena, se hizo cargo de calentar motores. Para la ocasión y acompañado de preciso dominio de bajos, sintetizadores y looperas, deleitándonos con una sólida selección de temas de sus discos en solitario y una propuesta de jazz, rock progresivo y música popular nativa.

El reloj marcaba las 21 horas y las luces se apagaban. BEAT subía al escenario. Y es que el impacto que cada uno como en colectivo tiene en la escena no necesitó de excentricidades. Una entrada de carácter humilde como si simplemente nos hubieran dicho: “Hola, somos Beat y les vamos a tocar algunas canciones. Disfruten del show”, para luego optar por comenzar el evento con «Neurotica» que te da golpes en la cara desde el primer segundo y sin escrúpulos. En efecto, comenzar un concierto con una pieza de ese nivel ya es una locura, pero en su propia retribución sólo ellos son capaces de hacer de ella de las mejores escogidas para cumplir ese rol.

Con un Movistar Arena lleno, el show se estructuró en dos sets. El primero se enfocó en los álbumes Beat y  Three of a Perfect Pair, dando una incesable cátedra con joyas como «Heartbeat», «Model Man» o como no?, la avant-garde por defecto, «Larks Tongues in Aspic (Part III)». Mientras que el segundo [set], antecedido por una pausa de 20 minutos, se enfocó en Discipline, aunque por supuesto, sin dejar de lado un par de indispensables que habían quedado en el tintero tales como «Waiting Man», «Sleepless» y «Three of a Perfect Pair»

«Waiting Man» no sólo fue la obertura del segundo acto, fue un momento de pleno diálogo y conexión percusiva-melódica entre quienes escribieron la canción y los intérpretes. Una unión inquebrantable donde por cierto, y tal como es la versión de estudio y sus interpretaciones en los conciertos originales de King Crimson, cada uno tuvo su propia intro. Desde ahí el show parecía ser cada vez más alucinante. Ver a Belew y Levin ejecutar lo que habían creado hace 40 años lo fue también, indudablemente. Pero en todo ámbito, lo que se convirtió en una declaración de maestría fue «The Sheltering Sky» y Steve Vai homenajeando en su máximo esplendor a Fripp desde su auténtica personalidad. «Elephant Talk» como un pilar de lo que significa ser experto en construir armonías desde sonidos que parecen no ir a ninguna parte. O «Indiscipline» presentando a Danny Carey a través de un solo en el que si bien honró a Bruford, su huella particular y el guiño metafórico a «Chocolate Chip Trip» de Tool fue inherente.

El motivo de la formación de este pseudo-tributo era recordar lo que King Crimson había hecho en Beat, Three of a Perfect Pair y Discipline. Sin embargo, es tan amplia la importancia de la banda que el espacio para interpretar algo previo (o posterior) a esos trabajos se hizo inevitable. Dando paso al encore y una ocasión más específica de hacer mención a Fripp y Bruford con «Red» —perteneciente al álbum del mismo nombre lanzado en 1974— seguida de «Thela Hun Ginjeet» como seleccionada para hacer el cierre.

El 6 de mayo en Chile, el profesionalismo y virtuosismo de Andrew Belew, Tony Levin, Steve Vai y Danny Carey no sólo recordaron parte del legado de King Crimson o que su música sigue más vigente que nunca, sino que tatuaron en las almas de quienes fueron expectantes un suceso que es difícil de superar.


Vicente Andrade

Anneke Van Giersbergen es mi statement artístico

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